ECS | Madrid.
El Sindicato de Ferrocarriles y Transporte Marítimo, considerado uno de los sindicatos más importantes y grandes de Nueva Zelanda, emitió una declaración publicada hoy en el sitio web neozelandés Scoop, en la que pide que se detenga la importación de "fosfato manchado de sangre" del Sáhara Occidental, después de la sentencia de la Corte Suprema de Nueva Zelanda emitida el pasado 15 de marzo, en la que declaró que Marruecos no tiene ni la soberanía ni la autoridad administrativa sobre la región ocupada.
En un comunicado, el secretario nacional del sindicato, Wayne Botson, dijo: "La importación continua de fosfatos manchados de sangre se ha vuelto inaceptable.'' Y agregó: ''el tribunal ha enviado un mensaje claro que indica que las importaciones de fosfatos representan una amenaza para la reputación de Nueva Zelanda'', añadiendo que "la importación de fosfatos del Sahara Occidental hacia Nueva Zelanda se detendrá inevitablemente debido a la creciente preocupación internacional por la difícil situación del pueblo saharaui.''
El comunicado destacó que "Nueva Zelanda es el único país del mundo occidental que todavía importa fosfatos del Sáhara Occidental a través de las dos empresas de fertilizantes Ravensdown y Ballance Agri Nutrients.''
Por otro lado, el sindicato reveló que el ministro de Finanzas de Nueva Zelanda, Grant Robertson, envió una carta en diciembre de 2020 al fondo de pensiones exigiéndole que adoptara políticas de inversión éticas para ayudar a "elevar la reputación de Nueva Zelanda como inversionista responsable en la comunidad internacional."
Además, agregó que desde 2012, los fondos de pensiones y de inversión de todo el mundo han retirado sus inversiones de las empresas involucradas en el saqueo de recursos naturales en el Sáhara Occidental, con el argumento de que el comercio de fosfatos contribuye a la ocupación continua del Sáhara Occidental por Marruecos.
El sindicato declaró que en 2019 el Consejo Sindical de Nueva Zelanda emitió una decisión condenando la ocupación ilegal marroquí del Sáhara Occidental, y pidió al gobierno de Nueva Zelanda que detenga la importación de fosfatos de la región.
La declaración agregó que representa a los trabajadores portuarios de muchos puertos de Nueva Zelanda a los que se importan fosfatos y, como miembro del Consejo de la Federación de Sindicatos de Nueva Zelanda, ha tomado una serie de medidas para crear conciencia sobre el problema de la importación de fosfato en Nueva Zelanda en los puertos, incluida la entrega de una carta de protesta al capitán de un barco que transporta fosfato en un puerto de Tauranga, a principios de este mes.
El sindicato confirmó su intención de continuar su labor de protesta con el objetivo de poner fin a la importación de fosfatos manchados de sangre del Sáhara Occidental a Nueva Zelanda.
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