Por Nafi Brahim Salem/ECS
OPINIÓN
Los hijos de las nubes, los dueños del viento… Así nos llaman a las saharauis y a los saharauis. Todas y todos conocen la penosa realidad de nuestro pueblo, el papel miserable y traicionero del gobierno español (sea del color que sea) y, sobre todo, la represión y brutalidad con la que la dictadura marroquí condena a nuestras hermanas y hermanos. Pero más conocida aún es nuestra resistencia incansable tanto bajo ocupación como en los campos de refugiados, pues seguimos negándonos a cualquier condena que no sea la condena de ser libres e iguales que los demás.
Pero lo que no se dice, de lo que poco se habla, es de la connivencia del mundo del capital con la dictadura y la ilegalidad internacional. Lo que pasa desapercibido son el expolio ilegal y el robo de los recursos naturales de nuestro pueblo por parte de empresas multinacionales como Siemens Gamesa.
Según la RAE “expoliar” se refiere a “despojar algo o a alguien con violencia o con iniquidad”, mientras que “robar” es la voz en castellano que significa “tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea”.
Siemens Gamesa es partícipe del saqueo de los recursos naturales del pueblo saharaui porque roba y expolia, pues según Western Sahara Resource Watch, los proyectos de energía eólica que ha construido Marruecos funcionan prácticamente todos con turbinas de Siemens Gamesa Renewable Energy (SGRE), de hecho, en el parque eólico de Foum El Oued aportan casi toda la energía necesaria para el transporte de fosfatos explotados ilegalmente en la cinta transportadora de 100km hasta la costa.
Estas actividades violan flagrantemente no solo el derecho internacional, sino los dictámenes del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que habla de Marruecos y del Sáhara Occidental como territorios “separados y distintos”. La ley establece que toda empresa que pretenda llevar a cabo actividades económicas en el Sáhara Occidental debe contar con el consentimiento del único y legítimo representante del pueblo saharaui, el Frente POLISARIO. Lo contrario viola
flagrantemente el derecho y atropella nuestra dignidad como pueblo.
flagrantemente el derecho y atropella nuestra dignidad como pueblo.
Este miércoles 17 de marzo, aprovechando la reunión en Bilbao de los accionistas de Siemens Gamesa, la juventud saharaui en la diáspora (concretamente Sahrawi Civil Society Europe y Juventud Activa Saharaui) nos hemos movilizado en las redes sociales e incluso hemos llevado a cabo una concentración frente a la sede de dicha empresa con el mismo lema que hemos estado utilizando en las redes: #SiemensGamesaGetOut. Pero lo más importante no ha sido la denuncia que hemos llevado a cabo con ímpetu y entusiasmo, sino el haber logrado entrar en la reunión de accionistas para denunciar la ilegalidad de las actividades de esta empresa, todo gracias a la organización alemana Kritische Aktionärinnen und Aktionäre (Accionistas Críticas y Críticos), la cual compra acciones para denunciar situaciones como esta.
El Sáhara Occidental es una zona en guerra y nuestra población sufre vejaciones constantes, pero el mundo del capital, los buitres carroñeros, siguen haciendo negocio a costa de nuestro sufrimiento. Mientras Sultana Khaya es torturada, mientras Haddi sigue desaparecido, mientras Aminatou Haidar vive perseguida, mientras nuestra población vive de ayuda humanitaria, los buitres carroñeros hacen su trabajo: tratar con la dictadura e intentar legitimar una ocupación ilegal que no es reconocida por ningún país del mundo… ¿Acaso tiene más poder el reconocimiento de las empresas que el de los países?.
Los saharauis estamos hartos de que nos ninguneen las potencias occidentales y la comunidad internacional al servicio de las multinacionales. Nos han robado el país, nos han robado las riquezas, nos han robado la infancia, pero lo que nunca imaginamos es que nos robarían el viento. ¡Qué el pueblo nos dé lo que el mundo nos niega!
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