Marruecos ha lanzado una indirecta a España a través de dos medios gubernamentales, especulando sobre si el país dará estatus de refugiado político al president en el exilio, Carles Puigdemont. Ha sido una ofensiva diplomática en uno de los puntos más sensibles de la política española.
Por Lehbib Abdelhay /ECS
El Ministerio de Exteriores de Marruecos ha convocado este sábado al embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner. Rabat ha pedido “aclaraciones” al embajador español sobre la autorización concedida por las autoridades de Madrid para que el Secretario General del Frente Polisario y presidente de la República, Brahim Gali, de 73 años, viaje desde los campos de refugiados a España para ser tratado de la covid-19 en un hospital de La Rioja.
La medida ha sido muy criticada por el Frente Polisario. El ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Salem Uld Salek, difundió un comunicado deplorando y lamentando la decisión marroquí de reprochar a España la acogida del líder saharaui siendo el caso algo puramente humanitario.
Marruecos ha lanzado hoy una indirecta a España a través de dos medios gubernamentales, especulando sobre si el país dará estatus de refugiado político al president en el exilio, Carles Puigdemont. Ha sido una ofensiva diplomática en uno de los puntos más sensibles de la política española.
Marruecos se enoja con España y activa su maquinaria para atacar a Madrid.
Dos medios marroquíes, Le Collimateur y Hespress, considerados próximos al ministerio del Interior y a los servicios de inteligencia en el exterior, han publicado la noticia de que Puigdemont podría beneficiarse del estatus de refugiado político, pero al final precisan que es sólo un relato de ficción que tiene voluntad pedagógica. "Tranquilos, eso sólo es una ficción, pero es igualmente significativa. Para volver a la realidad, hay que señalar que España no ha tenido la desgracia de tener a un vecino que haya acogido, financiado e incluso armado un movimiento separatista contra su unidad territorial", en alusión al hecho de que no ha abastecido a ningún movimiento armado catalán.
En un extenso artículo del periodista español y experto en asuntos del Magreb, Ignacio Cembrero, publicado en El Confidencial, el columnista marroquí Mohamed Jaouad el Kanabi denuncia, en una columna publicada en Hespress, “las pequeñas complicidades criminales entre Madrid y Argel a costa de la Justicia española”. “Esto se asemeja a un bandolerismo de Estado”, sostiene. La publicación, sin embargo, es toda una indirecta diplomática en España y pone de manifiesto que en Marruecos interpretan que el expresident en el exilio es lo que más preocupa al gobierno español.
En su relato, el periódico Le Collimateur cita una supuesta fuente del ministerio de Asuntos Exteriores que argumenta que los derechos humanos son indivisibles y que consideran "lógico" que Marruecos invoque las mismas razones humanitarias que sirvieron para que España acogiera a Bhrahim Ghali.
Cabe destacar que no es la primera vez que la sanidad pública española acoge a dirigentes saharauis enfermos. En abril de 2018 falleció en Vizcaya Ahmed Bujari, representante del Polisario ante Naciones Unidos, y justo dos años después falleció en Madrid Mhamed Jadad, el auténtico responsable de las relaciones internacionales del movimiento saharui. Entonces Rabat no protestó porque se les proporcionara atención médica en hospitales españoles.
Marruecos mantiene relaciones conflictivas con todos sus vecinos.
La relación entre Madrid y Rabat no pasaba ya por su mejor momento. Anunciada para el 17 de diciembre, aplazada a febrero, la cumbre bilateral de los dos gobiernos no solo no se ha celebrado sino que ni siquiera se barajan fechas para convocarla.
En Europa es, sin embargo, ahora Alemania, el país con el que Marruecos mantiene las peores relaciones. El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Burita, ordenó el 1 de marzo la “suspensión de cualquier contacto, interacción o acción de cooperación” con la Embajada de Alemania y las fundaciones alemanas que operan en Rabat. Aunque no lo explicó en su comunicado, reprochaba a Berlín su actitud con relación al conflicto del Sáhara Occidental.
El presidente y líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, se encuentra ingresado en un hospital español tras haber contraído coronavirus.
Según la ministra de Asuntos Exteriores, el gobierno ha permitido su entrada "por razones estrictamente humanitarias" y para recibir tratamiento médico y asegura que no perturba las buenas relaciones con Marruecos.
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