- El conflicto saharaui genera tensiones diplomáticas entre el Reino de Marruecos y Mauritania, y se han trasladado al campo político y económico.
ECS. Madrid.
Si bien es cierto que la intensa actividad diplomática argelina y saharaui está desbancando la tesis marroquí de África, Marruecos, como no se podía esperar de otra manera, ningunea e inicia represalias diplomáticas contra todo aquél que rechace su expansionismo ilegal.
Las relaciones entre Rabat y Nuakchott han vuelto a registrar una nueva sacudida diplomática similar a los temblores que vivió durante el período del expresidente mauritano Mohamed Ould Abdel Aziz. La semana pasada, Rabat canceló la visita del ministro de Exteriores de Mauritania, Ismail Ould Cheikh Ahmed, sin embargo esta semana recibió a una delegación senegalesa, a pesar de haber rechazado la visitas del canciller mauritano alegando a las restricciones de la pandemia.
Las relaciones entre Marruecos y Mauritania atravesaron períodos difíciles durante el mandato del presidente Mohamed Ould Abdel Aziz, y casi se cortaron, salvo algunas visitas de funcionarios de segunda clase para realizar algunos acuerdos secundarios.
Los marroquíes se alegraron por la llegada de Mohamed Ould Cheikh Ould Al-Ghazoaani a la presidencia del país, y el sentimiento de reconciliación aumentó tras la llamada telefónica que mantuvieron el rey Mohamed VI y el presidente mauritano Al Ghazouani. A este respecto, la corte real confirmó la intención del rey de visitar Nuakchott para estimular las relaciones.
Durante las últimas semanas, la prensa marroquí ha publicado noticias que atribuye a fuentes semioficiales en Rabat, en las que se comentaba la posibilidad de que Mauritania congele el reconocimiento del Estado saharaui declarado por el Frente Polisario. Asunto que está muy lejos de suceder a la vista de las relaciones que mantienen.
De repente, la concordia se mantuvo ausente en las relaciones entre los dos vecinos, y dominó un malentendido que concluyó sin previo aviso que llevó a Rabat a cancelar la visita del canciller mauritano.
El ministro mauritano se encontraba en una gira por el Magreb que incluyó a Argelia, Túnez y Libia pero no incluyó a Marruecos, que canceló la visita el miércoles pasado. Mauritania busca remover las aguas de la Unión Árabe del Magreb, y la negativa marroquí a su iniciativa equivale a marginarla, abriendo resentimiento en los mauritanos.
Mauritania por su parte, en esta última semana ha restringido el paso de mercancías marroquíes por El Guerguerat por exceder la cantidad permitida, además de que habría negado el paso a supuestos pesqueros a la ciudad de La Güera, que posteriormente se reveló que eran agentes del Májzen. Lo que también habría provocado el enfado de Rabat.
Ante el silencio en las dos capitales, lo más probable es que Marruecos cancelara la visita porque Mauritania quería un papel mediador entre Marruecos y el Frente Polisario, y el presidente mauritano recibió a Bachir Mustafa Sayed el 24 de Marzo, asesor de la Presidencia de la RASD, manteniendo conversaciones sobre el conflicto en curso.
Los dos países no han logrado crear un terreno claro para el diálogo a pesar de la imposición de la cooperación económica, la coordinación política y problemáticas comunes que se reflejan en los desafíos de la inmigración y el terrorismo, con la excepción de un rayo de esperanza en el acercamiento y la coordinación, parece que las relaciones entre Rabat y Nouakchott han recuperado el ambiente que reinaba durante la época del ex presidente Mohamed Ould Abdel Aziz, y se necesitan nuevas iniciativas que pueden demorar mucho.
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