Por Lehbib Abdelhay/ECS
La activista saharaui Sultana Jaya y varios miembros de su familia llevan desde el 19 de noviembre bajo arresto domiciliario en Bojador ocupado, Sáhara Occidental. Las autoridades de ocupación marroquíes no han presentado aún cargos contra ella. Hay agentes de los servicios de seguridad apostados habitualmente frente a su casa, que no dejan salir de ella a la familia ni que entre nadie, ni siquiera parientes, denuncia Amnistía Internacional.
"Desde el 19 de noviembre de 2020 hay agentes de las fuerzas de seguridad, uniformados y vestidos de civil, apostados ante su vivienda. En numerosas ocasiones, al intentar Sultana Jaya u otros miembros de su familia salir de la casa han sido abordados a pocos metros de ella por fuerzas de seguridad que los han obligado con violencia a volver a entrar. Las fuerzas de seguridad impiden a menudo a quienes se han solidarizado con la familia entrar en la calle donde está la casa, a veces haciendo uso arbitrario e indebido de la fuerza. Sólo en limitadas ocasiones se ha permitido a parientes suyos llevarles comida o productos médicos. Las fuerzas de seguridad han agredido violentamente a Sultana Jaya, a miembros de su familia y a personas que han ido a visitarlos. Su hermana, Waraa Khaya, ha contado que, en febrero de 2021, al ver que ya nos los grababan, cuatro agentes de las fuerzas de seguridad la empujaron contra un portalón de hierro. Como consecuencia de estas agresiones, Sultana Jaya y su hermana han sufrido heridas y contusiones por todo el cuerpo", dijo Amnistía en su comunicado.
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Sultana Jaya y su familia sufren palizas y torturas psicológica desde que regresó a su ciudad natal. Las fuerzas de represión practican un asedio policial por medio de barreras humanas que bloquean la entrada. Además impiden el acceso a visitantes, siendo alguno de ellos también maltratado.
Este miércoles, ella y su hermana fueron víctimas de una nueva agresión. A pesar de las intimidaciones y tortura física y verbal, Jaya afirma que eso no impedirá continuar su lucha ni cambiar sus posiciones. Jaya ya perdió su ojo derecho en una paliza en 2006 por la policía marroquí, sin embargo y a pesar de las intimidaciones y tortura física y verbal, ella afirma que eso no impedirá continuar su lucha ni cambiar sus posiciones, demostrando una impactante valentía y un testimonio de fortaleza basado en la lucha y resistencia pacífica frente a la violencia desproporcionada marroquí.
"Por lo antedicho, lo insto a poner fin al arresto domiciliario impuesto arbitrariamente a Sultana Jaya y a su familia y a garantizar que se respeta su derecho a la libertad de circulación, de expresión y de asociación. Lo insto además a poner fin a las agresiones de que son objeto, a abrir una investigación sobre el uso arbitrario e indebido de la fuerza contra ellas por parte de los servicios de seguridad y a garantizarles la debida reparación por la violación de su derecho a la libertad y otros daños sufridos", concluye el comunicado de AI.
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