El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha suprimido el veto al uso de las bombas de racimo o fragmentación que debía entrar en vigor en 2019. -Años antes, Washington había suministrado a Marruecos estas bombas que ahora explotan en el Sáhara Occidental.
Por Lehbib Abdelhay/ECS
Washington (ECS).- Las submuniciones esparcidas tienen una tasa de fallo de entre el 5% y 30%, por lo que pueden quedar bombas enterradas sin explotar siendo peligrosas tiempo después de terminada la guerra, especialmente a los niños por sus formas llamativas, como pelotas de tenis o latas de refrescos. Varios países han usado este tipo de bomba en conflictos diferentes a pesar de causar problemas muy serios bajo el derecho humanitario internacional. Estas bombas racimo están siendo en la actualidad utilizadas en el Sáhara Occidental.
Hoy en día, más de 160 ONG, incluido SMACO ( La Oficina Saharaui de Coordinación de las actividades relativas a las Minas), de todo el mundo se están dedicando a la educación, la investigación, y la presión a diferentes gobiernos para cambiar sus políticas acerca de estas armas.
No obstante los fabricantes de estas armas han desarrollado importantes esfuerzos en los últimos años para minimizar los peligros de las submuniciones no explotadas, incorporando mecanismos de autodestrucción pasado un lapso y aumentando los controles de calidad para reducir el porcentaje de municiones defectuosas.
Funcionamiento.
Mientras la bomba cae, las aletas de la cola comienzan a girar -existen seis velocidades de giro diferentes-. La bomba está programada para abrirse a 10 altitudes distintas, entre los 900 y los 90 metros. La combinación entre altura y velocidad determinan el área que cubrirán las sub-municiones cuando el artefacto se abra.
Dispersión
Las 202 sub-municiones son cilindros amarillos del tamaño de una lata de bebidas -20 cm de alto por 6 de ancho-.
A medida que caen, los cilindros despliegan piezas inflables para estabilizar su descenso y asegurar que hagan impacto “de nariz”.
La convención de Oslo. Los casi 100 gobiernos que el 3 de diciembre de 2008 firmaron el Tratado contra las bombas de racimo se comprometieron en un paso histórico. Entre ellos se encontraban muchos de los productores de este tipo de armamento, otros que tienen arsenales y algunos que los han usado en el pasado, pero Marruecos no está entre estos 100 países.
En conclusión, los hijos del Sáhara Occidental anhelan con todo corazon, ver brotar en lugar de cada mina, una flor; en cada zanja un charco de agua, y que en toda la franja del muro se levantaran jaimas negras de saharauis bondadosos que ofrecerán leche de camella, dátiles y te verde con yerba buena a los huéspedes , dayaras, viajeros y turistas que acudirán a presenciar los rastros de uno de los crímenes mas tenebrosos de la historia de la humanidad.
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