⚫ EN IMÁGENES: Segundo día de protestas en los campamentos de refugiados saharauis en repulsa por las violaciones del régimen marroquí en los territorios ocupados.

ECS. Chahid Al Hafed. | Cientos de mujeres se concentran en los campamentos de refugiados saharauis en solidaridad con las activistas saharauis Sultana Jaya y su hermana Luaara Jaya. La manifestación también reclamó la libertad de todos los presos políticos saharauis y su repulsa a las represalias sufridas por la militante Mina Baali. También denuncian el encarcelamiento ilegal de los presos políticos saharauis y condenan y rechazan las políticas de represión marroquí en el Sáhara Occidental.

Las manifestantes exigen una intervención por parte de la comunidad internacional para salvar y proteger la vida de estas mujeres saharauis que se encuentran bajo arresto bajo domiciliario ilegal junto a sus familiares. 

La manifestación sigue la línea de las iniciativas de los militantes saharauis en los Territorios ocupados del Sáhara Occidental, que exigen, entre otras cosas, a las autoridades marroquíes el cese del saqueo de los recursos naturales, liberar a todos los presos políticos saharauis y organizar un referéndum libre.

La marcha dio comienzo ayer domingo contando con la participación de más de 300 mujeres, más que en otras marchas anteriores celebradas en los campamentos saharauis. Las mujeres siguen liderando la resistencia pacífica del pueblo saharaui en los territorios ocupados, que a pesar de estar sometidas a la brutalidad del régimen, no se arredran en reivindicar sus legítimos derechos.

Como viene siendo habitual, las autoridades de ocupación marroquí han recrudecido su campaña de represalias estos últimos dos fines de semana, con violentas agresiones y allanamientos de morada a numerosos conocidos activistas pro derechos humanos y oenegés saharauis. Desde detenciones arbitrarias, cortes deliberados de electricidad y violaciones sexuales, se han venido sucediendo estos últimos días. La activista Sultana Jaya denunció haber sido violada con palos por fuerzas del régimen marroquí, otra activista, Mina Baali, sobrevive como puede junto a su hijo menor a un cruel arresto domiciliario y sometida a frecuentes cortes de luz, privación de la comunicación con el exterior entre otras medidas represivas.