La cancillería saharaui advierte a Marruecos por su actitud: ''Ha sobrepasado los límites de la cortesía diplomática.''


Agencias.

ECS. Madrid. | El Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Saharaui advirtió a Marruecos que “lanzar fuegos artificiales en todas direcciones” no es más que un intento de provocar “tempestades en un vaso de agua” que no distraerán al pueblo saharaui de su lucha nacional ni cambiará la esencia del conflicto en el Sáhara Occidental para la comunidad internacional.

En un comunicado hecho público difundido por SPS, el Ministerio de Asuntos Exteriores enfatizó que “la estabilidad y la paz en la región dependen del reconocimiento de Marruecos y su compromiso con el respeto de las fronteras internacionalmente reconocidas, así como su disposición en deshacerse del status quo político y la agresión militar para ampliar ilegalmente sus fronteras y distraer la opinión pública marroquí de su realidad nacional”.

“Debido a su fracaso de imponer el status quo y sus intentos de arrastrar a la comunidad internacional para apoyar la proclamación del ex presidente estadunidense, Donald Trump, de otorgarle unilateralmente y de forma ilegal la supuesta soberanía del Sáhara Occidental, desde hace más de dos semanas Marruecos se encuentra enfrascado en una campaña de desinformación debido a la acogida del Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Brahim Ghali, por España para tratarse de la COVID-19”, destaca el comunicado. “Esta campaña, Marruecos ha sobrepasado los límites de la cortesía diplomática, demostrando que la política de favoritismo a Rabat y la sumisión a sus chantajes solo llevarán eventualmente a despertar aún más su deseo de más chantajes y, de esta forma, cruzar las líneas rojas relacionadas con la soberanía de los países y el principio de interferencia en sus decisiones soberanas”, añade el comunicado.

“En esta campaña, Rabat hace partícipe también a agencias de noticias y medios de comunicación conocidos por su papel tradicional en la defensa del Reino de Marruecos y en el blanqueo de su ya distorsionada imagen frente a la opinión pública internacional, especialmente europea, así como a algunas asociaciones de derechos humanos "a su merced", directamente adscritas a la inteligencia marroquí para fabricar casos contra el pueblo saharaui y algunos de sus líderes y funcionarios, sin fundamento alguno, con el único fin de encubrir su crimen de genocidio en curso desde 1975 contra el pueblo saharaui”, continúa el comunicado.

“Este crimen en curso, que está siendo alentado por el régimen marroquí en las ciudades ocupadas, solo representa un capítulo más de las espantosas políticas de represalias masivas contra los civiles saharauis desde el 13 de noviembre de 2020, que incluyen la militarización de las ciudades ocupadas, el bloqueo hermético de la región, el asedio de los hogares de civiles y activistas de derechos humanos, así como la imposición de arrestos domiciliarios de estos activistas y la práctica de diversas formas de abuso, tortura y violaciones contra ellos y sus familias, tal como es el caso de la familia de la activista Sultana Sidbrahim Jaya y la del preso político saharaui Mohamed Lamin Haddi”, prosigue el comunicado.

“La República Saharaui y el Frente Polisario aceptaron y acogieron desde el primer día la ampliación del mandato de la MINURSO o el establecimiento de cualquier otro mecanismo imparcial para vigilar los derechos humanos en el Sáhara Occidental, incluidas las zonas liberadas y los campamentos de refugiados saharauis, y hemos manifestado, como no tenemos nada que ocultar, nuestra plena disposición a recibir las misiones técnicas del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, suspendidas desde 2015 por la negativa del Marruecos de facilitar su misión. Por ello, consideramos que el rechazo de un monitoreo internacional imparcial es una justificación para condenar al que lo rechace y una razón para elogiar y reconocer al que lo acepte”. 

Para concluir, el comunicado reitera que “la estabilidad y la paz en la región dependerán del reconocimiento y el compromiso marroquí de respetar sus fronteras internacionales, así como su renuncia a la política del status quo de facto y la agresión militar para anexar territorios de sus vecinos, pasando página de su mentalidad expansionista y su búsqueda constante de enemigos externos para desviar la atención del pueblo marroquí de los verdaderos problemas que le afectan”.

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