Los fracasos de la diplomacia marroquí y la desgracia del descarado Bourita.

 


TSA - ECS | Por Amar Belani, ex diplomático argelino.

ARGEL (ECS) - El más antiargelino de los cancilleres marroquíes acaba de pisar magistralmente la alfombra, arrastrando pesadamente en su ruina la política exterior marroquí y las altas autoridades que se supone que deben darle consejos y guiarle.

Partidario irreductible de la estrategia permanente de tensión, y apenas reacio al uso de armas, poco glamurosas, del chantaje más vil, el Sr. Bourita creía que podía doblegar a Alemania, luego a España y finalmente a la Unión Europea para que siguieran ciegamente el reconocimiento ilegítimo e ilegal de la supuesta marroquinidad del Sáhara Occidental concedido caritativamente por la administración del ex presidente estadounidense Donald Trump, como agradecimiento al régimen Májzení por su cobarde connivencia con Israel, donde un régimen expansionista y colonialista con el mismo objetivo, masacrar a civiles inocentes y saquear sus tierras.

El mismo estallido de violencia cíclica a puerta cerrada, las mismas prácticas que pisotean el derecho internacional y, finalmente, las mismas violaciones sistemáticas y a gran escala de los derechos humanos, reinan libremente en el Sáhara Occidental. No es de extrañar entonces esta alianza natural y objetiva entre potencias ocupantes.

Esta odiosa complicidad con el régimen sionista quedará como una mancha indeleble en la frente de quien se proclama el defensor de ''Al Quds Al Sharif '' y cuyo ensordecedor silencio sobre el mortífero diluvio de fuego y acero que cayó recientemente sobre Gaza y Cisjordania proporciona información sobre el grado extremo de vasallaje y negación. Lo que sea que diga un aparato mediático bajo las órdenes candentes por el MAP (Maghreb Arabe Propaganda) y su adúltera descendencia (Le 360.ma), incubadora de Fake news animadas por pobres barbouzes a las órdenes del secretario particular del soberano que cultiva, con una rara virulencia, el odio hacia Argelia y sus instituciones) que multiplican y amplifican declaraciones huecas y falsas sobre su supuesto apoyo a la causa palestina dentro de los órganos burocráticos islámicos y árabes donde la hipocresía de algunos se disputa con la farsa y el engaño a otros.

Volviendo a la inefable Bourita, ese ministro jactancioso y pretencioso, cuya única hazaña de armas es poder contar con la influencia del lobby judío (en Washington como en el Parlamento Europeo), no entendía nada elemental de las relaciones internacionales: a fuerza de recurrir a despotricaciones, grandilocuentes posturas y movimientos de mentón mientras representa a un "país subdesarrollado" impregnado de ayuda europea (según los medios españoles) y cuyos desesperados súbditos sueñan con huir definitivamente de la miseria que agobia al "Reino encantador'', terminamos perdiendo toda credibilidad y desmonetizando las pocas palancas molestas que el Májzen usa sin escrúpulos (supuesta experiencia en células terroristas durmientes compuestas principalmente por ciudadanos marroquíes, uso descarado de la migración como arma y finalmente la inmersión del sur de Europa en cannabis y drogas sintéticas producidas en Marruecos.)

Llamamientos desesperados a España.

La dura realidad finalmente alcanzó al insolente ministro cuyos días se dice que están contados ya que, contra todo pronóstico, España y la UE reaccionaron con mucha firmeza a la "agresión" y "chantaje" de Marruecos y que el gobierno de este último accedió, lastimosamente, a recuperar 6.500 de los migrantes clandestinos (de unos 8.000), muchos de los cuales eran menores, incluidos bebés, fueron inducidos a asaltar el enclave de Ceuta.

La instrumentalización de esta categoría de edad vulnerable es criminal en sí misma y muestra el cinismo de un régimen que no rehuye ninguna restricción o consideración legal, humana o moral.

Al querer obligar a la Unión Europea a "salir de su zona de confort" (cometer la violación del derecho internacional y reconocer el carácter marroquí de un territorio "separado y diferenciado" según la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo) el desafortunado Bourita, jefe de la diplomacia ''berezina'', se viste (una vez más) el traje de la dueña llorona, según el ingenio del embajador Gérard Araud, para implorar a Francia que desempeñe, por enésima vez, el papel de abogado y de bombero de turno.

Mientras contorsionaba, el embajador francés en Marruecos, antiguo maestro en la agitación diplomática desde su desafortunado y condescendiente tuit (el presidente de una llamada comisión soberana marroquí le había dado, en vista previa, el progreso de la obra para obtener la aprobación tutelar de Francia) pensó que era apropiado ponerse en contacto apoyando con valentía, pero con la mirada huyendo y ojos vagos que "Marruecos se toma muy en serio la lucha contra la migración ilegal!"

El vodevil grotesco desde este mismo diplomático, decididamente en modo Care Bear sincero, empujó el tapón para explicar dócilmente que Francia no abrirá un consulado en el Sáhara Occidental por razones puramente técnicas (un pequeño número de expatriados franceses asentados en este territorio), oscureciendo los datos fundamentales de la cuestión: es un territorio no autónomo, separado y distinto de Marruecos, que escapa por completo a su soberanía y cuyo estatus final está por determinar bajo los auspicios de las Naciones Unidas.

Por su parte, haciendo tapping donde más duele, el español Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, reveló que es gracias a la interesada intercesión de España que Marruecos pudo embolsarse 15.000 millones de euros adicionales para financiar sus programas de desarrollo.

Este aguijón para denunciar la ingratitud de un vecino irascible, imprevisible y poco fiable, va acompañado de una amenaza apenas velada: ''Ceuta es la frontera de la Unión Europea y no la dejará pasar.''

No se dejará intimidar ni por los miserables intentos de chantaje ni por la postura quijotesca de un enano geopolítico. El mensaje ha pasado y el ministro en pantalón corto trabaja ahora para encontrar una salida a la crisis haciendo llamamientos desesperados a España (que no es el eslabón débil, como acaba de enterarse de sus costes) porque nada menos que cinco miembros del Colegio de Comisarios Europeos reaccionó con contundencia a la crisis migratoria instigada descaradamente por Marruecos en Ceuta.

El momento de esta grave crisis diplomática, que se produce unas semanas antes de una importante sentencia del tribunal de la UE que seguramente anulará los ilegales y deshonestos acuerdos UE-Marruecos, significa que el jefe del prodigio está en la trinchera y que no es un puñado de eurodiputados corruptos y bien pagados en el casete real (como Frederique Ries, Olivier Chastel, Ilhan Kyuchyuk, Dominique Riquet, Tomas Zdechovsky) o los heraldos de la extrema derecha nauseabunda y nostálgica (como Thierry Mariani, Nicolas Bay y Dominique Bilde) que cambiarán mucho. "La diplomacia es una ciencia pero nunca ha dejado de ser un arte", dijo Richelieu.

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