ECS. Tauranga. | La Asociación de Amistad de Nueva Zelanda con el Pueblo Saharaui (Western Sahara Campaign-NZ) confirmó hoy en un comunicado que representantes de la empresa Ballance Agri-Nutrients han confirmado su deseo de reunirse con el representante del Frente Polisario en Australia y Nueva Zelanda, Kamal Fadel, para debatir acerca de la participación de la empresa en la importación de fosfatos saqueados del Sáhara Occidental ocupado, después de haber sufrido una considerable presión de ciudadanos neozelandeses que bloquearon la llegada de un cargamento de fosfato desde el puerto de Dajla ocupada.
Decenas de personas se manifestaron hoy en solidaridad con el sufrimiento del pueblo saharaui y lograron rodear la sede de la multinacional de fertilizantes agrícolas Ballance Agri-Nutrients, coincidiendo con la llegada de un cargamento de fosfatos saqueados desde el Sáhara Occidental a la empresa. Los manifestantes protestaron encadenándose a la puerta principal y bloqueando la entrada. Hubo momentos de tensión cuando los manifestantes fueron derribados por un conductor que quiso acceder por la fuerza, golpeándoles con el parachoques del vehículo. Finalmente, el bloqueo efectuado logró disuadir al CEO de la empresa por sus responsabilidades por financiar una ocupación militar y accedió a reunirse con el delegado saharaui.
Los manifestantes subrayaron que su actividad forma parte del ejercicio de sus responsabilidades como ciudadanos que rechazan la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, manifestando así un rotundo rechazo al saqueo sistemático de los recursos del Sáhara Occidental, que cuenta con la participación de la empresa neozelandesa mencionada anteriormente.
Una activista que se encontraba presente, Te Wehi Ratana, señaló que los beneficios proporcionados por las empresas neozelandesas al régimen marroquí a cambio de fosfatos saharauis, se utiliza para financiar la guerra del régimen expansionista contra el pueblo saharaui y para fortalecer su ocupación ilegal del Sáhara Occidental, ayudando así a la extensión de la represión marroquí.
El director de Ballance Agri-Nutrients, Mark Wynne, se había negado previamente a reunirse con los representantes del pueblo saharaui, alegando que su importación de fosfatos era legal, pero varios factores le obligaron a cambiar su posición, incluida una sentencia del Tribunal Supremo neozelandés el pasado marzo, que confirmó que la importación de fosfatos saharauis afectaba a la reputación internacional de Nueva Zelanda y que Marruecos no tenía soberanía alguna sobre el Sáhara Occidental.
En el país, el gobierno de Nueva Zelanda también ha intensificado las demandas contra las empresas involucradas para que encuentren fuentes alternativas al fosfato saharaui importado ilegalmente, mientras que la presión y las manifestaciones populares contra las empresas implicadas han aumentado.
Todos estos factores obligaron al gerente de la compañía a inclinarse y exigir que los representantes del pueblo saharaui se reunieran para discutir formas de poner fin a la participación de la empresa en el saqueo de la riqueza del pueblo saharaui y el consiguiente sufrimiento.
Josie Butler, activista miembro de la Asociación de Amistad del Pueblo Saharaui que asistió a la manifestación, pidió a la Ministra de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta, que tomara medidas para poner fin a la participación de empresas neozelandesas en el saqueo de la riqueza saharaui y propiciar la ocupación y represión marroquí.
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