El partido marroquí Istiqlal, con quien Pablo Casado se reunió, insiste que ''ha llegado el momento de recuperar Ceuta, Melilla y las Islas Chafarinas.''


Sidi Maatala.

ECS. Madrid. | Durante un seminario virtual organizado por una fundación marroquí ayer jueves 3 de Mayo, donde participó el presidente del grupo parlamentario del partido Istiqlal, Noureddine Modiane, partido que se presenta a las elecciones de este año, el congresista reiteró la ambición marroquí sobre Ceuta y Melilla diciendo: ''Afirmamos que ha llegado el momento de recuperar Ceuta y Melilla ocupadas, así como las Islas Chafarinas.'' Extendiendo sus demandas hacia las islas españolas próximas en el Mediterráneo, según indicó la prensa marroquí.

La crisis de las relaciones diplomáticas entre Marruecos y España dio al partido Istiqlal la oportunidad de reiterar sus históricas demandas. El presidente del grupo parlamentario, Noureddine Modiane, aseguró que "es el momento de abordar una serie de cuestiones con España", recordando que "Marruecos ha adoptado un planteamiento equilibrado pero ofensivo al mismo tiempo". El funcionario marroquí calificó la acogida humanitaria que hizo España con el presidente saharaui como ''gesto hostil'' instando al ejecutivo español a ''corregir sus posiciones.'' 

Para concluir, el presidente del grupo parlamentario de Istiqlal, exigió indirectamente a España que acepte la declaración ilegal que hizo Trump otorgando a Marruecos la soberanía sobre el Sáhara Occidental, que seis meses después nadie ha seguido ni apoyado. 
 
Como recordatorio, el líder de la oposición española y presidente del Partido Popular, mantuvo una reunión el pasado 11 de Mayo con el secretario general del Partido Istiqlal, Nizar Baraka, así como con el presidente del partido RNI, Aziz Ajanuch, en el que les trasladó las cinco preguntas que llevaría al Congreso para pedir explicaciones a Pedro Sánchez por la acogida de Brahim Ghali. Posteriormente, la prensa española reveló que Pablo Casado sabía lo que iba a suceder en Ceuta con la apertura de la frontera que introdujo miles de migrantes, acusándole de ''deslealtad''. En la misma línea, varios cargos del PSOE, partido gobernante, tildaron su actuación de ''deshonor'' e incluso de perjudicar los intereses del país al recibir a miembros de un partido que apoya abiertamente la anexión de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. 

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