OPINIÓN
Por Mah Iahdih Nan /ECS
Madrid (ECS). - Es realmente increíble, uno navega un poco por las hemerotecas de la prensa española anterior al año 2020 en relación a la Operación Paso del Estrecho (OPE), que utilizan los súbditos Marroquíes para viajar a su país, durante el verano y por unanimidad, la prensa española la calificaba como una operación negativa y que aporta muy poco o nada a España. Sin embargo este año y después de la suspensión de esta operación por parte de Marruecos con fines políticos para presionar a España y utilizar la OPE como elemento de chantaje en el pulso que mantiene con el gobierno español, en una dinámica enloquecida y sin sentido, de huida hacia adelante que ha emprendido el Majzen Marroquí, desde que los países europeos le comunicaron que su posición con respecto al conflicto Saharaui, es la del respeto absoluto a la legalidad y el derecho internacionales y el marco de las Naciones Unidas.
Marruecos ha perdido el rumbo y está dando palos de ciego, intentando dar con algún elemento de fuerza con el que pueda asfixiar a España. Desde finales del 2020 no ha dejado de tocar teclas con las que pretende estrangular al Estado español; empezó soltando las pateras hacia canarias, después utilizó el mantra de la colaboración policial, más tarde, y a lo bestia, abrió las verjas de Ceuta y traslado los inmigrantes incluidos casi cuatro mil niños, seguidamente vino la retirada de la embajadora, a la que siguió la amenaza de suspender el gasoducto Magreb-Europa y finalmente la ha rematado con la suspensión de la OPE.
Desde hace muchos años, el régimen Marroquí, a base de propaganda y amenazas, ha creado en el subconsciente europeo y en particular el Español, la idea de que Marruecos es vital, ineludible e irremplazable en todos los temas citados anteriormente y otros de carácter económico. Pero la realidad de los últimos 8 meses, lo ha dejado al descubierto, cuando ha querido llevar a la práctica sus eternas amenazas, se ha encontrado con que sus reiterados y cansinos avisos y advertencia son solo fuegos artificiales. Ninguno de los asuntos usados ha surtido el efecto deseado, al contrario, le ha salido el tiro por la culata, tanto los europeos como los españoles se han percatado de la artificialidad e ineficacia de sus chantajes.
Llama poderosamente la atención, el uso del Gasoducto y la OPE como recursos de presión, ya que, en primera instancia perjudican mucho más al régimen alauita, lo que demuestra su desesperación. El Gasoducto aporta a Marruecos 80 millones de Euros y más del 40% de su consumo interno de Gas, lo que no deja de sorprender que lo utilice en su habitual diatriba. En cuanto a la OPE, es también curiosa su entrada en la ecuación de la extorsión, porque la OPE también perjudica en primera instancia a los súbditos marroquíes; han pasado de pagar unos 400 euros por todo el trayecto de la OPE a pagar unos 1500 euros y además del trayecto en coche, tener que hacer casi dos días de trayecto en Barco. Para redondear el auto-tiro que se ha pegado el Majzen en la pierna, la suspensión de la OPE afectará en primer lugar a la economía del régimen feudal marroquí.
La misma prensa que antes despotricaba de la OPE, ahora también con fines políticos y para alimentar las guerras intestinales cainitas, de izquierda y derecha, hacen de la operación paso del estrecho (OPE) una gran pérdida para la economía española. En las crónicas de la prensa de los últimos 20 años, la OPE representaba un grave problema para España, especialmente en lo referido a la seguridad de las carreteras y el control sanitario de las estaciones de servicio. Resaltan la inseguridad en las carreteras motivada por las excesivas y desordenadas cargas de los coches y la suciedad que dejan a su paso por las estaciones de descanso y servicio. Según estas crónicas los inmigrantes marroquíes no aportan prácticamente nada a la economía española, al revés, destacan que la OPE supone un gasto añadido a las arcas del estado Español, al tener que multiplicar y en algunos casos triplicar el dispositivo de los agentes de policía, aduana y el personal de las carreteras y de los puertos utilizados en esta operación
En estas crónicas, se resalta que los inmigrantes marroquíes casi no utilizan los servicios de hostelería, ni los bares, ni los restaurantes, las únicas aportaciones que hacen a la economía española son el obligado combustible de los vehículos y los aproximadamente 200 euros que cuesta el pasaje para atravesar el estrecho. Gran parte de estas dos aportaciones quedan en manos de multinacionales extranjeras que controlan estos sectores, de las navieras que realizan el trayecto que separa la costa española y la marroquí, tan sólo el 37% es de capital español, el resto son todas o marroquíes o de otras nacionalidades.
La gran duda que asalta a los pocos asiduos que le quedan a la prensa convencional o clásica, es, como han convertido en poco más de un año, una operación casi ruinosa para las arcas estatales, en un negocio más que necesario, que esta a punto de paralizar la economía española. Se supone que detrás de esta exageración, subyace la guerra que mantiene parte de esa prensa con el Gobierno Español, a lo que hay sumarle la nada descartada mano negra del Majzen Marroquí meciendo algunas editoriales necesitadas de ingresos extras.
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