Por Mah Iahdih Nan /ECS
Madrid (ECS). - Los poderosos están jugando con fuego, pasarán de ser los intocables a que cualquier mindundi pueda acceder a su más recóndita y profunda intimidad. Quién le iba a decir al todo un poderoso presidente de la República francesa, que los representantes de una anacrónica y desfasada monarquía feudal, donde las personas no son ni ciudadanos, sino súbditos y donde más del 70% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, iban a acceder a su privacidad, la de su familia y los secretos de uno de los países más poderosos del planeta.
Quienes marcan las pautas del funcionamiento mundial, han creados pequeños monstruos consentidos, como es el caso del estado sionista de Israel, que en nombre de objetivos supuestamente nobles han transgredido, vulnerado e infringido con la permisividad de los más poderosos, todas las normas de convivencia, del respeto a los derechos individuales mas básicos de las personas y saltándose todos los valores morales y éticos que rigen la humanidad.
Lo último de esta impunidad de la que gozan estos pequeños monstruos, que si no se remedia acabará devorando a sus protectores, se llama PEGASUS. La empresa israelí NSO GRUP que trabaja para los servicios secretos del MOSSAD, fabricó este potente programa de espionaje que por apenas 10 millones de Dólares al año, se lo alquila a países como Marruecos o Arabia Saudi, donde no existe ni siquiera el respeto a la intimidad de los animales.
Poner este peligroso mecanismo en manos de dictaduras feudales que no creen en ninguno de los valores basados en el respeto a los derechos humanos como concepto de las sociedades modernas, es como entregar un juguete nuevo a un niño y no enseñarle cómo usarlo. Estas dictaduras, ya de por si, disponen de mecanismos de represión y vigilancia con los que ejercen un control absoluto sobre la vida de sus súbditos, si a esto le añadimos el programa Pegassus que hasta puede dormir en la cama del espiado, entonces estos enfermos Estados feudales están de enhorabuena, al disponer de su pieza favorita, la que les permite disfrutar de lo que más ansían, que es violar y controlar la intimidad de las personas.
Sin embargo, la comunidad internacional debe reflexionar seriamente sobre la gravedad del asunto, el uso de sistemas como pegassus y más en manos de regímenes dictatoriales, como Marruecos, acostumbrado al empleo de prácticas nada convencionales como el chantaje, la extorsión y la coacción, constituyen una amenaza para la paz y la concordia mundial. La principal función de estos sistemas de espionaje, no es la lucha contra las supuestas amenazas a la seguridad de determinados países, es precisamente la intromisión en la vida pública, privada o personal de los individuos, grupos, comunidades, pueblos o países, lo que en definitiva conforma los ingredientes básicos que acaban provocando los conflictos, enfrentamientos, venganzas, guerras, muertes y destrucción.
Nadie puede asegurar el uso correcto, que un individuo o un Estado pueden realizar con este tipo de sistemas de espionaje, como tampoco se puede prever la respuesta de la víctima espiada. Todos saben que Estados como Israel, Marruecos o Arabia Saudi actúan siempre fuera del respeto a los más elementales conceptos del derecho internacional, del derecho humanitario y la legalidad internacional. Lo que hace fácil deducir el tipo de uso perverso que harían de estos programas y que sentaría un peligroso precedente de conflictividad en el mundo.
Muchos piensan que los vínculos del MOSSAD con el Majzén marroquí, son nuevos y no es así. Documentos desclasificados recientemente por el propio MOSSAD, han dejado al descubierto que el Rey Hassan II informaba y colaboraba habitualmente desde principios de los años sesenta, con el MOSSAD.
El Majzén como es habitual, lo interpreta todo a su manera y lo ajusta todo a sus intereses, no importa los mecanismos y las formas para conseguir sus objetivos. En Marruecos las actuaciones del Majzén no se guían ni por normas, ni por el orden, ni por leyes. Lo importante es alcanzar los objetivos, cueste lo que cueste. Es por ello, que cuando decidieron ser clientes de NSO GROUP, en lo último que pensaron es en el respeto a la intimidad de las personas, o el respeto a sus derechos fundamentales. Su gran objetivo es convertir Pegassus en un Gran Hermano; producido, editado, interpretado y presentado por el Majzen, con la colaboración de los servicios secretos, la policía política y la prensa domesticada. Se recogen los datos a través de los teléfonos de las víctimas, los procesan los servicios secretos, los pasan a la policía política y esta decide el uso que se le debe dar, si el objetivo es difundirlos se pasan a la prensa.
Existen muchos ejemplos que reafirman este modus operandi, corroborado por las manifestaciones de algunas de las víctimas, tenemos dos ejemplos claros y sencillos de entender; Según el Periodista Español Ignacio Cembrero, detectó que algunas conversaciones suyas con miembros del gobierno Español se publicaron en la prensa del Majzen. También el periodista y opositor Marroquí Hicham Mansouri, exiliado en Europa realizó una llamada a un miembro del Frente Polisario y días después el contenido de esa llamada fue publicado nuevamente en la prensa del Majzen. Tanto Cembrero como Hicham figuran en las listas de víctimas espiadas.
Ahora bien, el Majzén como siempre intenta tapar la mierda con más mierda, ha acusa a todo aquel que pronuncie palabra sobre este tema de conspiración, eso sí, sin poder negar las evidencias; que es un cliente de NSO, que ha espiado a más de 50.000 números de teléfonos, que ha espiado a periodistas, defensores de los derechos humanos y políticos franceses, argelinos y saharauis. Su principal argumento, es que el teléfono del Rey figura en la lista de los números espiados, sin embargo, este detalle, solo permite la especulación en dos sentidos y ninguno de ellos justifica la inmoral, ignominiosa y vergonzosa actitud del Majzén convirtiendo la vida privada de miles de personas en un juego macabro, ruin y soez. En primer lugar, si el Rey ha sido realmente espiado, sus tres principales asesores, los tres jinetes de la Apocalipsis, responsables del escándalo Pegasus; El Hima, Hamouchi y Mansouiri ahora mismo purgan sus penas en una de las tantas cárceles secretas que hay en Marruecos, donde se pasarán el resto de sus días. La otra opción y la más probable es que el teléfono del rey, figura en la lista de los espiados, como la coartada del régimen, una jugada para despistar, para presentarse como una víctima más del escándalo Pegasus.
Los responsables de este escándalo deben pagar por ello; NSO empresa propietaria de Pegasus y Marruecos como cliente y responsable de la ejecución de la intromisión en la vida de miles de personas y la injerencia en asuntos de otros países como Francia, Argelia y el Sáhara Occidental, no pueden perpetrar este tipo de atentados contra el honor, la dignidad y la reputación individual y colectiva de estos pueblos y quedar impunes. En el caso de Francia, y a pesar de la deshonra de husmear en los teléfonos del mismo presidente de la República y de casi todo su gobierno, la mezcla cruzada de tantos intereses personales de la clase política francesa en Marruecos, hará seguramente, su trabajo, que es intentar tapar y cubrir el escándalo, para no verse inmersos en otros escándalos paralelos. Pero en el caso de argelinos y Saharauis deben de acudir a todas las instancias de arbitraje internacional, para demandar la reparación de su honor por la intromisión en sus vidas y la indemnización por los daños y perjuicios ocasionados. Tanto NSO GRUP como Marruecos deben pagar un alto precio consistente en duras sanciones y recibir un castigo ejemplar, por las fechorías cometidas. Es la única manera de frenar esta peligrosa modalidad de piratería internacional.
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