Agencias | ECS
Madrid (ECS). - El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, cree que se ha abierto una nueva etapa en las relaciones con Marruecos, que en mayo pasaron su peor momento en años por la crisis migratoria en Ceuta, tras el último gesto de distensión de Mohamed VI.
Foto: El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen Jesús Hellín / Europa Press. |
“Es una gran oportunidad para redefinir las relaciones y los pilares sobre los que se sustentan relaciones”, ha afirmado Sánchez al término de la visita que ha realizado al campamento para refugiados afganos en la base de Torrejón de Ardoz junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
"Somos aliados, vecinos, hermanos y por tanto doy la bienvenida a esas palabras", dijo Sánchez, y afirma que está convencido de que "sobre la confianza, el respeto y la colaboración, Marruecos y España construirán una relación sobre bases más sólidas que hasta ahora".
El rey de Marruecos VI dijo ensid discurso emitido anoche que desea abrir una nueva etapa inédita en las relaciones diplomáticas entre Marruecos y España. Pero el soberano no se ha disculpado por el envío de miles de sus ciudadanos a Ceuta ni por las palabras hostiles de su embajadore en Madrid hacia España.
Para el presidente del gobierno español, de toda crisis salen oportunidades" y de la crisis que se ha producido entre ambos países, pueden salir una oportunidad para definir unas relaciones más profundas.
Después de cuatro meses envalentonado, Mohamed Vi se retracta y escenifica un papel de víctima.
Después de cuatro meses envalentonado, en su discurso por el aniversario del llamado Revolución del rey y del pueblo, Mohamed VI se retracta y escenifica un papel de víctima. En su alocución el sátrapa anunció, antes de cargar contra Argelia, el cierre de la crisis diplomática con España. Mohamed VI ha afirmado que ha estado al tanto de todas las conversaciones privadas para superar la crisis con España.
El rey marroquí ha asegurado en su discurso que su país está siendo blanco de países y organizaciones que atentan contra la integridad territorial de su Reino, y ha señalado que "el Marruecos de hoy no es el Marruecos de ayer". El monarca ha cargado contra Argelia, su vecino del este y con quien mantiene una disputa desde los años sesenta. El rey alauí con un tono alterado, dijo que su país frustrará todos los intentos que amenazan la integridad territorial de Marruecos.
El rey alauita no reparó en señalar a España, elogiando las relaciones mutuas, en lo que ha sido interpretado como el fin de las tensiones con Madrid, aunque no mencionó ni se disculpó por la apertura que hizo su policía propiciando el paso de miles de migrantes irregulares a Ceuta, y que siguen trayendo consecuencias a España, tanto en política interna como denuncias de derechos humanos. En el mismo contexto, reconoció estar dispuesto a establecer una nueva “relación histórica” con el país ibérico, aunque no mencionó concretamente el porqué.
Si con España el descongelamiento es una realidad, con Alemania las cosas son bastante distintas, insinuando que se trata de una intromisión a la integridad territorial de Marruecos por su firme posición rechazando la ocupación del Sáhara Occidental.
Posteriormente a zanjar el tema español, en un giro contrario a la posición diplomática hostil mantenida durante meses, Mohamed VI retrocede y adopta un discurso victimista alegando que Marruecos está amenazado por una conspiración y recurrió a la tan ignorada baza del nacionalismo alegando que “No lo quieren (Marruecos) unido y fuerte.” Quizás esa unión de la que habla refleja la supuesta unanimidad de su pueblo en el tema palestino tras normalizar sus relaciones con el estado sionista. No obstante, semanas después del discurso por el aniversario del trono, donde elogió y tendió la mano a su vecino del Mediterráneo, Argelia, ahora, en tono alterado, aseveró que frustrará todos los planes del país argelino.
Destaca también la ausencia de una respuesta a las incesantes peticiones tanto del presidente argelino como de su canciller a la actitud marroquí este último mes, en la que pidió la autodeterminación de la Cabilia argelina y permitió al ministro de exteriores israelí señalar a Argelia como una amenaza en su visita a Casablanca. En el mismo sentido tampoco se pronunció sobre la acusación argelina de que están detrás de los incendios que asolaron al país causando más de 70 víctimas mortales.
Ante un aislamiento sin precedentes en la región, los últimos sucesos parecen haber advertido al rey alauí. Mohamed VI ofreció un corto discurso marcado por la victimización e intentos de acudir a su pueblo tras pasar de el en la formalización de relaciones con el estado sionista, un asunto histórico que no ha merecido unas palabras del soberano, del mismo modo que ha sido silenciado por la prensa de su país, lo que es bastante revelador de la poca aceptación social y brecha entre gobierno-pueblo.
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