La caída del presidente de Guinea Alpha Condé, uno de los aliados más fieles a Mohamed VI en África Occidental, tomó por sorpresa a Marruecos.
Por Mah Iahdih Nan.
Madrid (ECS).- En el entorno del Majzén Marroquí cundió el pánico a raíz del golpe de estado, hace dos semanas en Guinea Conakry, al ser este país uno de los centros de pillaje de los recursos naturales de los africanos de la mano de la empresa AL-MADA propiedad del Rey de Marruecos y de grupos financieros franceses. Todos recordarán hace apenas dos años las imágenes que circularon por la redes sociales, de los lingotes de oro interceptados por el ejército de Sudán en un aeropuerto de ese país, esos lingotes presuntamente pertenecían a la empresa Managem Groupe. Cuando las autoridades sudanesas investigaron el caso, encontraron que el avión transportaba 241 kg de oro, de los cuales sólo 83 kg eran de Managem el resto, era oro saqueado al pueblo de Sudán. Otra investigación corroboró que ese tipo de expolios era una práctica habitual.
Managem Groupe forma parte del Holding AL-MADA, que es dueña prácticamente de casi todos los negocios prósperos en Marruecos y explota de forma indiscriminada y abusiva minas de oro, diamantes, cobre, cobalto, plomo, plata y cinc en nueve países africanos: Sáhara Occidental, Gabón, Mali, Guinea Conakry, Sudan, Etiopia, Republica Democrática del Congo, Costa de Marfil, Burkina Faso.
Oficialmente Managem Groupe, es un grupo de empresas marroquíes, sin embargo gran parte de su capital es francés, hecho que le facilitó las concesiones para la explotación y saqueo de los recursos minerales de los africanos. Dicha explotación se realiza de forma desproporcionada para los intereses de los pueblos africanos. Tan solo se benefician unos pocos caciques locales y la empresa en cuestión. Las condiciones laborales en las minas son infrahumanas; jornadas de 12 y 14 horas, sueldos que no superan los 100 dólares, no existen medidas de seguridad laboral lo que provoca constantes y sistemáticos accidentes mortales, tampoco existen garantías sanitarias ni condiciones de vida dignas. En definitiva, se trabaja en condiciones de semi-esclavitud, una situación dolorosa, donde los africanos se desangran por la miseria, la pobreza y el hambre en una tierra inmensamente rica en recursos naturales.
En el Sáhara Occidental, Managem apareció como un elefante atropellando todo lo se que encuentra por delante; los yacimientos de oro de Tichla descubiertos por la población local y que se benefició de ellos durante un corto periodo, un día el Majzén Marroquí decreto que sólo podían ser explotado por Managem, es decir sólo el Rey puede ser dueño del oro de todos los Saharauis que hay en Tichla. Algo similar ocurre con la decena de minas de metales preciosos que existen en territorio marroquí, prohibidas para las empobrecidas poblaciones locales porque son propiedad total del Rey de Marruecos.
Por eso cuando se produjo el golpe de estado en Guinea, el Majzen inmediatamente se olvidó de su gran amigo, testaferro y socio local el dictador depuesto Alpha Conde, y se lanzó a tejer nuevas amistades con los golpistas para preservar la suculenta rapiña de los recursos minerales de uno de los países más ricos de África donde vive uno de los pueblos más empobrecidos del continente.
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