Participación por los suelos al cierre de urnas en Marruecos.

Por Sidi Maatala/ECS

Rabat (ECS).- Los colegios electorales en Marruecos cerraron sus puertas en una jornada de votaciones marcada por la poca participación y por las denuncias de irregularidades vertidas por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD). A falta de los resultados preliminares de las elecciones, que ofrecerá el Ministerio del Interior ya entrada la noche, las votaciones se produjeron sin incidentes importantes, aparte de las quejas del PJD y otro partido minoritario sobre prácticas ilegales, según informa EFE.

Estas elecciones se desarrollan en un delicado entorno regional dominado por la ruptura de las relaciones diplomáticas con Argelia, y tensas relaciones con ciertos países europeos (en particular España y Alemania) en torno al conflicto del Sáhara Occidental. Es también parte de un contexto interno marcado por un punto de inflexión de seguridad para el régimen, como lo ilustran las múltiples demandas judiciales llevadas a cabo por el régimen en los últimos dos años contra periodistas e intelectuales críticos.

Hasta las 12.00 horas se registró una participación del 12 %, frente al 10 % de hace cinco años, y a las cinco de la tarde la tasa aumentó al 36 %, dos puntos más que en 2011. Los analistas achacan este dato a que hoy coinciden las tres elecciones y las municipales atraen a más votantes, por estar sus candidatos más próximos a los ciudadanos, según EFE.

El partido islamista PJD había conseguido el cargo de primer ministro en las elecciones celebradas a finales de 2011 a raíz del "Movimiento 20 de Febrero", la versión marroquí de la "Primavera Árabe" que el la monarquía había logrado encauzarse a través de una pésima reforma constitucional. Cinco años después, el PJD se mantuvo al frente del gobierno pero sin obtener la mayoría absoluta, por lo que se vio obligado a negociar una vez más una coalición con las otras formaciones políticas apoyadas por el palacio.

La salida forzosa en 2017 de Abdelilah Benkirane, líder del PJD al frente del gobierno por su incapacidad de capacitar a su gobierno debido a las demandas expresadas por uno de los socios de esta coalición, una acción que ha ilustrado la estrechez del margen de maniobra del partido islamista ante los límites impuestos por Mohamed VI.

En estas condiciones, su sustituto, Saad-Eddine Al-Othmani, figura más conciliadora, tuvo que aceptar muchas concesiones, la más amarga de las cuales -para el PJD- fue la normalización, en diciembre de 2020, de las relaciones con Israel, con la Marruecos se convierte así en el cuarto país árabe (después de los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán) en reconocer ese año el Estado hebreo. Antes de salir de la Casa Blanca, Donald Trump obtuvo este gesto de Rabat a cambio del reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Otra “serpiente” que el PJD tuvo que tragarse: la aprobación en 2019 de una ley que fortalece el francés como idioma en la educación pública contraria a las antiguas políticas de arabización. Privado de ministerios soberanos, confiados a familiares del rey, el partido PJD nunca ha podido influir en las decisiones del gobierno.

La gestión de la crisis de Covid-19 lo ha demostrado claramente. El protagonista es el ministro de Finanzas, Mohamed Benchaaboun, una figura clave de la nueva generación de tecnócratas que el rey busca promover, más que el propio primer ministro Al-Othmani. "El jefe de gobierno puede haber mostrado lealtad, el rey no parece tener confianza en él", señala en declaraciones a Le Monde Thierry Desrues, investigador del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Córdoba, España. Su política es mantener lejos al PJD, cuyas corrientes pueden difundir un discurso diferente al de régimen e inconformista frente al Makhzen”.

Pérdida de la esperanza

Por tanto, el PJD podría sufrir pérdida de esperanza por parte de un sector de su electorado, aunque conserve una base histórica heredada de un antiguo arraigo, especialmente en las ciudades. La esperada disminución de su influencia podría verse facilitada por un nuevo cálculo del cociente electoral (ahora relacionado con el número de votantes registrados y ya no de votantes) que debería fragmentar el panorama político y, por tanto, poner su peso en perspectiva.

“El cociente electoral tiene como objetivo acentuar la balcanización del escenario electoral, subraya Mounia Bennani-Chraïbi, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Lausana. Se hace todo lo posible para obstaculizar una y otra vez la expresión de una legitimidad electoral que pueda amenazar la monarquía."

El PJD podría encontrarse así codo con codo con otras tres formaciones políticas: el Partido Reagrupamiento Nacional Independiente (RNI) y el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM) - dos partidos cercanos al palacio - así como el Partido Istiqlal (PI), heredero al “movimiento nacional” comprometido en el expansionismo del "Gran Marruecos". El RNI, liderado por el empresario Aziz Akhannouch, el mas rico del reino según la revista Forbes, parece ser el favorito del rey en el ejercicio ritual destinado a poner en órbita una alternativa al PJD.

El PMA no había cumplido este papel durante las elecciones de 2016, lo que condujo a la rehabilitación a los ojos del palacio de un RNI remodelado por el Sr. Akhannouch con generosos medios económicos. Estos últimos también han suscitado comentarios ásperos de sus rivales, el número uno del PAM, Abdellatif Ouahbi, acusó al RNI de "inundar de dinero el escenario político."

La anunciada fragmentación del panorama político entre estas cuatro formaciones debería fortalecer la capacidad de arbitraje del palacio durante las negociaciones en torno a una futura coalición de gobierno. Los tecnócratas mimados por el rey, como Mohamed Benchaaboun, podrían jugar un papel central.

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1 Comentarios

  1. Efectivamente, por lo que leo, con una participación del 50%, el PJD se ha hundido a sólo 12 diputados, siendo ganadores los que pronosticabáis (parlamento dividido pero ya se entenderán imagino): RNI 97, PMD 82, Istiqlal 78.

    Quizá más interesante es el significativo ascenso de los partidos socialistas: USFP: 35 y PPS: 12.

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