Sidi Maatala.
ECS. Madrid. | En un comunicado oficial del Frente Polisario emitido ayer en donde anunciaba que tomaba nota del nombramiento de Staffan De Mistura como nuevo enviado del SG de la ONU para el Sáhara Occidental, subrayando que no podrá haber ningún proceso de paz mientras Marruecos continúa aplicando su política de hechos consumados coloniales en el Sáhara Occidental, que requieren de una política represiva y expansionista que amenaza la paz, estabilidad y seguridad regional.
El mismo comunicado aseveró que no hay otra solución que dejar que el pueblo saharaui se pronuncie a través del ejercicio libre y democrático de su derecho de autodeterminación e independencia de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas y la Unión Africana, dejando en claro que el derecho a la autodeterminación e independencia de los saharauis es una línea roja en las futuras negociaciones.
El Frente Polisario enfatizó en el comunicado su compromiso pacífico en estos últimos treinta años, en una señal de que no permitirá ninguna concesión tras más de tres décadas de extenuante espera y concesiones dolorosas. La llegada del nuevo enviado tras más de dos años de puesto vacante abre la vía a unas negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos, aunque el último se niega a negociar sobre la base del derecho internacional y solo concibe las conversaciones sobre el territorio a descolonizar en el marco de autonomía. Por ello, el Frente Polisario ha reiterado que no puede haber proceso de paz alguno mientras Marruecos continúe impunemente con sus acciones ilegales y la imposición de un hecho consumado colonial que se prolonga ya cuatro décadas.
A este respecto y dada la situación de bloqueo político existente debido a la intransigencia marroquí junto a la guerra sobre el terreno, el Frente Polisario se mostró dispuesto a conversar y lanzó una pregunta al nuevo PESG sobre cómo se propone hacer avanzar para cumplir con su misión de imponer la legalidad internacional, es decir, organizar el referéndum de autodeterminación obstaculizado por Marruecos desde el 2000.
Ciertamente, De Mistura se enfrenta a un escenario inflamado, con la guerra por un lado y las tensiones políticas derivadas de la misma por otro. El pueblo saharaui y el Frente Polisario han dejado en claro por activa y por pasiva que no están dispuestos a tolerar otros treinta años, por lo que el nuevo PESG tendrá que demostrar esfuerzos creíbles y serios para recuperar la maltrecha confianza de la ONU entre los saharauis y encauzar la conclusión de la descolonización del Sáhara Occidental por la senda de la legalidad internacional que permite al pueblo colonizado expresar su deseo de forma libre y democrática a través de un referéndum de autodeterminación como estipulan las resoluciones de las Naciones Unidas y la Unión Africana.
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