Sidi Maatala.
ECS. Madrid. | La ONU anunció hoy lunes que elige a Marruecos para cubrir uno de los cinco puestos vacantes del Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura (CAT), para el período de 2022 a 2025. Según indica la prensa marroquí, la elección pudo se posible ''gracias a la movilización del aparato diplomático''. A pesar de que es autor de un crimen internacional vigente al obstaculizar la autodeterminación de un pueblo colonizado, es el séptimo cargo que Naciones Unidas otorga a Marruecos en materia de derechos humanos, en un año en el que la UE (por la inmigración) y Estados Unidos denunciaron y condenaron al régimen por su represión de las libertades fundamentales y derechos humanos. Como corolario, este mismo órgano denunció y exigió en 2018 a Marruecos la liberación de presos políticos saharauis.
La ONU sigue designando a Marruecos puestos de derechos humanos a pesar de que los viola sistemáticamente tanto en su país como en el territorio que ocupa en contravención de la legalidad internacional. Tanto Amnistía Internacional, Human Rights Watch e incluso el relator de la ONU señalaron y acusaron al régimen marroquí de crímenes de guerra en las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental. Incluso el máximo órgano judicial español, la Audiencia Nacional, cursó denuncia con búsqueda y captura a militares marroquíes responsables de abyectas torturas y asesinatos en el periodo que invadieron las ciudades saharauis, confirmando que Marruecos cometió un genocidio contra el pueblo saharaui.
Según señala el comunicado de prensa de la cancillería marroquí, ''el Reino de Marruecos lleva mucho tiempo comprometido con el fortalecimiento y la promoción de los derechos humanos, iniciando un largo proceso destinado a actualizar también su arsenal legal y la creación de instituciones nacionales que trabajan por la protección de los derechos y la prevención contra cualquier forma de tortura o tratos inhumanos.'' Este compromiso contrapone su actitud en el plano internacional, al bloquear un mecanismo de derechos humanos a la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO) siendo la única misión del mundo de su tipo que no monitoriza el cumplimiento de los mismos debido a la intransigencia marroquí. El mismo Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet confirmó este extremo el pasado Abril al reconocer que Marruecos impide el envío de una misión a las zonas ocupadas del Sáhara Occidental. Una elección que arrastra al extremo la maltrecha credibilidad de la ONU en la defensa de la legalidad internacional.
Este cargo, como es habitual, es usado como trampolín por el régimen marroquí para imponer su agenda expansionista en las organizaciones internacionales y silenciar su sangrienta ocupación del Sáhara Occidental.
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