OPINIÓN | El camino de la victoria pasa por destruir la economía de colonización marroquí.

Lemhamid Sidi Mohamed Abdelhay.

ECS. Madrid. | Marruecos continúa saqueando ilegalmente los recursos del Sáhara Occidental llenándose los bolsillos y financiando su ocupación, luego, ¿hay alguien que no lo sepa? Sí, a pesar de que salimos del túnel de espera y de la comedia de las Naciones Unidas y volvimos a las armas de nuevo, ¿seguiremos repitiendo nuestros viejos métodos? Hay que tener en cuenta el hecho de que ganar la guerra depende de la destrucción de la economía del enemigo ocupante y no conformarnos con "el mayor esfuerzo" con el que hemos trabajado durante mucho tiempo.

Las recompensas del país ocupado para financiar su colonización.

El régimen invasor marroquí, antes y después de erigir los muros defensivos hace 46 años, fue capaz de saquear con facilidad las riquezas del país y aprovecharlas para cumplir con sus objetivos coloniales expansionistas. Hoy en día, nadie puede proporcionar información precisa sobre lo que gana Marruecos con las ventas de fosfato de la mina Bucraa, ni los ingresos de los productos pesqueros y agrícolas, así como los procedentes de la energía solar y eólica, sin mencionar sus ingresos del turismo en Dajla ocupada, y los de la brecha ilegal de El Guerguerat, que pagó el precio del restallido de la guerra por su importancia económica y política. ¿Está Marruecos pagando hoy una factura muy alta por la ocupación de nuestro país debido a nuestra resistencia y manifestaciones? O ¿esas huelgas y resistencias todavía se limitan a las primeras líneas de defensa sin alcanzar a su columna vertebral económica?

Los ingresos de Marruecos por la exportación de recursos naturales saharauis constituyen un superávit financiero significativo que excede los requisitos de su esfuerzo bélico.

Retrocediendo un poco, hay que recordar que lo que Hassan II llamó el ''Triángulo útil'' (El Aaiún, Bucraa y Smara) y las riquezas que contiene, suponen los motivos más importantes que impulsaron al régimen expansionista marroquí en 1975 a invadir la ex colonia española: Sáhara Occidental. Y la construcción de muros defensivos no es más que una continuación del mismo enfoque invasor junto a la doctrina de la depredación económica, todo protegido de los ataques del Ejército de Liberación Saharaui. 

Con el conocimiento de todas partes, Marruecos, al asegurar las áreas de saqueo se ha convertido en el segundo productor de fosfato después de la República Popular China, ya que esto le genera 5 mil millones de dólares al año de acuerdo con lo revelado por el diario estadounidense Northern Miner, digital especializado en minerales, donde destacó en un artículo reciente la falsedad de las engañosas cifras publicadas por Marruecos al respecto, indicando que gana "2.500 millones de dólares por exportaciones de fosfatos cada seis meses" (es decir, 5 mil millones de dólares anualmente), sin embargo el diario subrayó que Marruecos "promueve números falsos con el objetivo de evadir la cotización de la OCP en la bolsa de valores para no ser objeto de supervisión", señalando que otros informes de los medios estadounidenses fueron más allá de ese número basándose en datos sobre los ingresos de comercialización de fosfatos del Sáhara Occidental.

Así, los ingresos de Marruecos por la exportación de recursos naturales saharauis siguieron constituyendo un importante superávit financiero que supera las necesidades de su ejército, asegura la compra de armamento y refuerza la maquinaria militar dirigida a la guerra contra el pueblo saharaui para consolidar la prolongación de sus actividades ilícitas y el posterior desgaste del Polisario, sin mencionar el enriquecimiento, en guerra, de sus generales que los mantiene distraídos de los golpes militares. Por lo tanto, el régimen marroquí sigue viviendo con total comodidad, ganando dinero saqueando las riquezas del Sáhara Occidental ocupado y chantajeando a todos sus amigos occidentales y del Golfo, e incluso al mundo.

Este planteamiento marroquí que se menciona, se profundizó e incluso se vio fortalecido con la estrategia de los muros defensivos que comenzó a implementar Marruecos desde 1980 hasta el alto el fuego en 1991 tras la farsa del "Plan de Arreglo" que Naciones Unidas y cía nos prometieron. Peor que eso, cuando detuvimos la guerra de desgaste a cambio de falsas promesas, la agresión se prolongó durante treinta años, hasta el 13 de noviembre de 2020, cuando Marruecos violó el alto el fuego, lo que nos ofreció nuevas esperanzas y nos da la oportunidad de corregir los errores del pasado para abrir una nueva página que inevitablemente estará colmada con victorias y logros.

No debemos luchar contra el palo, sino contra quién sostiene el palo.

A pesar de la construcción de los muros defensivos, el Ejército de Liberación Saharaui infligió grandes pérdidas humanas y materiales al ocupante marroquí, con la captura de miles de sus soldados y oficiales, la destrucción de muchos de sus aviones de guerra, y que condujo a la desaparición del hombre protegido por sacos a un muro con todo tipo de armas de letalidad y destrucción, resguardado por un alambre de púas, miles de minas y radares sofisticados, por lo que debemos prestar atención al hecho de que nuestra guerra debe ir más allá de luchar contra el ''palo'' que se coloca frente a nosotros en forma de sistemas defensivos modernos, soldados y muros de arena. Más bien, debe ser contra la mano que sostiene y mueve todo el sistema económico que financia la guerra de agresión, la que debe ser cortada o paralizada, es entonces cuando habremos desarrollado una estrategia prometedora.

Si procedemos desde la perspectiva de las pérdidas y ganancias, encontraremos que cualquier guerra que genere dinero para financiarla proporciona una razón importante para la consecución de la victoria, pero si los gastos de la guerra provocan el debilitamiento de quienes la libran con la consecuente erosión de su economía, éstos pueden ser derrotados e incluso ser arrastrados a la rendición. Aquí vale la pena preguntarse: ¿Qué perderá el enemigo en batallas concretas en uno de los sectores del muro de la vergüenza? ¿Cuándo nos daremos cuenta de que la pérdida será mayor y su derrota más cercana si a eso le añadimos la interrupción de sus exportaciones de minerales que le reportan anualmente miles de millones de dólares?

Creo que esta es la dirección correcta y el objetivo que nuestra guerra de liberación debe alcanzar en su fase actual. La pérdida de algunos vehículos militares y armas se compensa con unas pocas toneladas de roca fosfórica, o la venta de varios barcos cargados de moluscos o tomates de alta calidad que se extraen de nuestro país ocupado. Y la muerte de sus soldados en miles, no le importa, porque originalmente los empujó a la guerra para alejar el peligro de su trono.

''La revolución partió de cosas que no existen pero que son inevitables.''

Algunos podrán decir: No tenemos capacidades militares avanzadas de misiles y armas capaces de llegar a puntos sensibles de la columna vertebral de la economía de colonización marroquí para poder destruirla. Estos son obstáculos que no deben interponerse en nuestro camino. Somos capaces de realizar milagros como lo hicimos en el pasado reciente, y todavía podemos hacerlos hoy. Dejamos la cuestión a los militares, ya que es muy delicada y debe dejarse en manos de los especialistas.

Por lo tanto, continuemos la guerra de desgaste y preparémonos para sumergirnos en las profundidades del enemigo para destruir sus instalaciones económicas, arsenal militar, administración colonial represiva y su estructura política, encender un fuego ardiente bajo sus pies hasta que se desvanezca. La guerra de liberación está garantizada por las masas.

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1 Comentarios

  1. Los marroquíes os esperamos encantados, venid ! Qué os soltamos solo a los malotes de solo y únicamente Casablanca y al mejor militar que tenéis lo cortan a trozos. Ya no me quiero imaginar lo que harían con los soldados jajaja.
    Os tenemos ganas ! Venid que vais a saber lo que es Marruecos, os teníamos como pastores de ovejas y ahora le subís el tono a vuestro amo.

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