Israel rechaza vender su sistema de defensa "Iron Dome" a Marruecos y EAU.

Por Lehbib Abdelhay  

Madrid (ECS).- Según la prensa isreaelí, las agencias de seguridad israelíes han rechazado recientemente la venta de la Cúpula de Hierro y del sistema de armas David’s Sling a Marruecos y otros países árabes. El analista militar israelí Alon Ben David dijo, según Maarauv, que las agencias de seguridad israelíes rechazaron la posibilidad de vender tecnologías desarrolladas a sus nuevos socios, refiriéndose a los países árabes que han firmado los Acuerdos de Abraham.

Por su parte, Yoav Limor declaró a Israel Hayom que Israel teme que la venta de esta tecnología a los EAU suponga la transmisión de secretos a un tercer estado. “El Mossad, que preparó el camino para las normalizaciones, ha rogado a las agencias de seguridad que dejen de considerar a estos países como ‘árabes'”, explicó Ben David.

Según Ben David, el Ministerio de Defensa israelí se ha retractado de su decisión de no vender sistemas de defensa a los EAU: “Ha vendido tecnología cibernética pero se ha abstenido de vender sistemas de defensa aérea”.

Cabe recordar que Marruecos aplazó la apertura de la embajada de Israel por la posición de Tel Aviv en el conflicto del Sáhara Occidental y la debilidad del lobby judío en Washington para defender los intereses de Rabat. Las relaciones entre Israel y Marruecos atraviesan una notable frialdad. El rey marroquí Mohamed VI no recibió al diplomático israelí David Govrin, quién ejerce como embajador en Rabat. Los observadores creen que la razón de este distanciamiento en las relaciones bilaterales, que lo que suscita la aprensión de Israel, es el enfado de Marruecos por algunos temas fundamentales, especialmente los relacionados con el el Sáhara Occidental. 

El rey de Marruecos recibió el pasado lunes en Rabat a varios embajadores nuevos que presentaron sus cartas credenciales como embajadores plenipotenciarios extraordinarios. La lista incluía embajadores de decenas de países de Emiratos Árabes Unidos, el Sultanato de Omán, Chile, Noruega, Reino Unido, Egipto, Jordania, Bélgica, Senegal, India y Kazajistán. No obstante, el rey marroquí no recibió al diplomático israelí David Govrin, que se presenta como embajador de Israel en Rabat y es director de la oficina de enlace. Mohamed VI confirmó en más de una ocasión que Marruecos ya aceptó la apertura de la embajada el pasado mes de diciembre.

En explicaciones sobre el hecho de que el rey no haya recibido al diplomático israelí, el portavoz del gobierno marroquí, Mustafá Baitas dijo el jueves en su rueda de prensa semanal: ''Con respecto al tema de los embajadores, nuestro país respeta la Convención de Viena, que controla todas las vías de protocolo relacionadas en este ámbito.'' La respuesta del portavoz del gobierno sobre el hecho de no recibir al embajador aumenta aún más la ambigüedad, pues no aclaró nada ni despejó las dudas.

Tras ser promovida la formalización a bombo y platillo, los círculos conocedores de las relaciones entre Marruecos e Israel, que se reanudaron en diciembre de 2020 en el marco de los Acuerdos de Abraham bajo la retórica de paz regional, esperan una frialdad en las relaciones entre las dos partes debido a que Marruecos exige claridad en las posiciones de Israel con respecto al Sáhara Occidental.

El régimen marroquí no entiende las reticencias de Israel a reconocer la supuesta soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental tras el reconocimiento trumpista, y las últimas declaraciones del jefe de la Oficina de Enlace israelí, David Govrin, sorprendió a los marroquíes cuando dijo a la Agencia EFE el pasado mes de octubre que Israel está comprometida con el papel de la ONU para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Govrin anunció que Tel. Aviv está satisfecha con su posición de apoyar a las Naciones Unidas para la resolución del conflicto saharaui. Las declaraciones de Govrin generaron un efecto de gran bomba porque sucedieron durante las discusiones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la cuestión del Sáhara Occidental y la infame prórroga de la MINURSO.

El lobby judío en Estados Unidos no jugó un papel destacado en la defensa de los intereses de Marruecos como Rabat había creído genuinamente. Desde que los demócratas llegaron al poder encabezados por Joe Biden, los intereses de Marruecos han estado sujetos a violentos temblores; el Congreso de Estados Unidos votó en contra de los acuerdos de venta de armas a Marruecos, el Departamento de Estado de EE.UU adoptó un tono ambiguo sobre la cuestión del Sáhara Occidental, ya que evita hablar de la soberanía de Marruecos sobre este candente foco y habla en voz alta sobre el papel de Naciones Unidas en la búsqueda de una "solución justa" entre las dos partes en conflicto.

Hace dos días, uno de los diarios marroquíes más leídos, Hespress, escribía cómo Washington vinculaba la cooperación militar con Marruecos con el avance en el expediente de la cuestión saharaui, un nuevo asunto que Marruecos no esperaba y que ha sentado como un cubo de agua fría en el Palacio de Rabat en un momento en el que aún estaban digiriendo el nombramiento después de dos años de un nuevo Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental.

Israel es consciente de la preocupación de Marruecos. El ministro israelí de Planificación Estratégica, Eli Avidar, comentó el pasado martes al diario hebreo Maariv, que la normalización marroquí es un regalo estadounidense que amenaza con desaparecer, señalando que el acuerdo no es fiable y puede ser retractado en cualquier momento. Durante la misma entrevista, Avidar dijo que ''los Acuerdos de Abraham, a excepción del caso de Abu Dhabi, no se basan en un eje bilateral estable.''

Israel cree que los Acuerdos de Abraham pueden expirar si Marruecos no consigue su objetivo, que es avanzar en el apoyo a su posición sobre el expediente del Sáhara Occidental que intenta sin disimulo alguno legalizar una brutal ocupación militar.

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