Salem Abdelhay.
ECS. Madrid. | La República Saharaui, imparable en su lucha por el reconocimiento diplomático, en vista del estancamiento del proceso político a causa de los obstáculos puestos por la potencia ocupante; el Reino de Marruecos, son cada vez más los países que reconocen a la RASD como estado, denunciando además la ocupación marroquí y fomentando la integración internacional de los saharauis. Sin embargo está por ver si estos reconocimientos inciden positivamente en la conclusión del proceso de descolonización de la última colonia africana; el Sáhara Occidental.
Esta semana, tuvo lugar en Bruselas la 6º Cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana, donde participó la República Saharaui, miembro fundador y de pleno derecho de la UA, a través de su mandatario Brahim Ghali, que acudió en calidad de presidente de un estado africano y no como líder del Frente POLISARIO a pesar de los tergiversadores de la realidad y lobbystas a sueldo que publicitaron que el Frente POLISARIO no había sido invitado, olvidando que es una cumbre de países y no de movimientos de liberación.
En cualquier caso, el desgaste diplomático de Marruecos y su cheque a fondo perdido a ''periodistas'' extranjeros para intentar opacar o suprimir al estado saharaui es precisamente debido a la previa existencia de una realidad nacional saharaui inalterable, lo que la consagra aún más.
La participación de la República Saharaui en la cumbre UE-UA con Brahim Ghali a la cabeza de la delegación saharaui en Bruselas es un claro mensaje a Marruecos para que se tome en serio las negociaciones y detenga las inversiones ilegales en los territorios ocupados saharauis. Si bien la Unión Europea no tiene nada que ver en el conflicto saharaui, técnicamente, poco puede hacer, pero políticamente está llamada a desempeñar un rol como aquel que adoptó tanto en 1989 como en 1991, reconociendo el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui gracias a las presiones del eurodiputado español, Robles Piquer, del grupo popular europeo.
De lo que se desprende de la intervención de la República Saharaui en la sexta cumbre euroafricana no es su naturaleza sino su significación política en el momento en el que se produce. En su última edición de 2017 la República Saharaui también participó, salvo que ahora hay una guerra en curso, extremo que fuerza a la UE a dejar de reflejar la posición francesa e implicarse políticamente, con más urgencia ahora y con sentencias bien fundamentadas que le avalan, en reactivar el proceso de negociación, ya que no hay perspectivas de una solución política y la intransigencia de la potencia ocupante solo conduce a un ciclo de violencia peligroso en el Norte de África, área de prioridad en la política exterior europea en términos económicos y de seguridad.
Imagen: Getty Images.
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