Por Elena Rusca
Ginebra (ECS).- Desde 1975 hay más de 7 millones de minas esparcidas por todo el territorio del Sahara Occidental. Minas de todos tipos, antipersona, antitanque, anti vehículo, minas de racimo. Hay artefactos y restos de explosivos y restos de guerra. El desminado se ha transformado en una tarea casi imposible por la falta de recursos y el cese del alto al fuego.
A pocos kilómetros de Europa, el territorio de Sahara Occidental ha sido minado desde la década de 1970 por el Estado de Marruecos en un tramo de más de 2700 kilómetros, todo para frenar el movimiento de liberación nacional saharaui. Este minado se caracteriza por combinar una ‘linea defensiva’ con un muro discontinuo, que impide la posibilidad de autodeterminación del pueblo saharaui ante la ilegitimidad de Marruecos para gobernar y ser Estado en esta región de África.
La misión humanitaria de desminado estaba prevista para finalizar durante el año 2023, sin embargo el cese del alto al fuego y la falta de recursos hacen que está tarea sea prácticamente imposible.
La SMACO: desminado en el medio del desierto
La Oficina Saharaui para la Coordinación de las Actividades Relacionadas con las Minas (SMACO) fue creada por un decreto en 2003 con la participación del Servicio de Acción contra las Minas de las Naciones Unidas (UNMAS).
SMACO actualmente trabaja en la capital administrativa de los campamentos, Rabouni, recopilando datos con las operaciones realizadas en el desierto.
Esta oficina está encargada de coordinar el desminado en todos los Territorios Liberados. Está subvencionado por varios entes internacionales (países escandinavos y españoles), subvenciones que llegan a través de UNMAS.
La SMACO participa en la Convención de Ottawa.
La Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal, por su nombre completo Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción (también conocida como la Convención de Ottawa o ‘Ottawa), es un tratado internacional de desarme tratado que prohíbe la adquisición, producción, almacenamiento y uso de minas antipersonal.
La Convención fue adoptada en Oslo el 18 de septiembre de 1997, abierta a la firma el 3 y 4 de diciembre de 1997 en Ottawa, y depositada el 5 de diciembre del mismo año en Nueva York ante el Secretario General de las Naciones Unidas. Entró en vigor el 1 de marzo de 1999.
La Convención se negoció para subsanar las deficiencias del Protocolo II (sobre prohibiciones o restricciones del uso de minas, armas trampa y otros artefactos) de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, que muchos Estados consideraron inadecuado para responder eficazmente al desafío de una prohibición total de las minas antipersonal.
Además de esta participación, el 6 de enero de 2019, bajo la supervisión de Naciones Unidas, el Frente Polisario realizó la destrucción de 2.485 minas antipersonal (AP) almacenadas por parte de la Oficina Saharaui de Coordinación de Acción contra las Minas (SMACO) de conformidad con la Escritura de compromiso de Geneva Call (ONG instalada en Suiza), que prohíbe las minas AP, firmada por el Frente Polisario en 2005. Fue la octava y última destrucción de este tipo desde que el Frente Polisario firmó el Acta de Compromiso, elevando el número total de minas AP almacenadas que han destruido hasta la fecha a 20.493.
Situación actual
Antes del cese del alto al fuego había más de 22 millones de m2 de minas, artefactos y restos de guerra al este del muro. La zona más contaminada se encuentra alrededor de los primeros 5 km del muro, llamada zona tapón: 14790 km2 contaminado a los 5 km al largo del muro.
Actualmente son 2889 las víctimas de minas antipersonales, entre los muertos y los heridos. Hoy se siguen registrando explosiones de minas y restos explosivos y también registrando víctimas.
Los marroquíes han seguido minando esa zona. De hecho, la SMACO había encontrado minas que databan de 2012, bien antes del cese del alto al fuego.
Con el cese del alto al fuego han sido recontaminados lugares que la SMACO había desminado durante estos años. Siempre más en la zona tapón, a los 5 km del muro. Todos los trabajos de desminado se han entonces bloqueado. Una vez reiniciado el conflicto, el Frente Polisario[1] pidió a las ONGs que se encontraban en el territorio, la SafeLane Global, la Danish Refugees Council, de partir de los territorios. Los drones de los marroquíes siguen lanzando bombas de racimo que se convierten en minas y contaminan de nuevo los territorios desminados.
Ahora las victimas de estas minas siguen pero ya no hay nadie para hacer registros.
Durante estos años la SMACO ha podido desminar 149,62 millones de m2 de los Territorios Liberados, entre ellos 11 005 km de rutas (incluidas las rutas entre los campos de minas).
Desafortunadamente el papel de la SMACO no puede ser cumplido hoy en día.
De una parte, la falta de recurso y el cese del alto al fuego hacen que su papel no puede ser cumplido. De otra parte, el hecho que Marruecos no participe en la Convención de Ottawa, también dificulta la tarea e imposibilita un adecuado desminado de la zona.
“Los saharauis deberían disfrutar de libre de movimiento sin miedo a las minas y los restos de guerras”, nos declara Sidi Mohamed Mulazeyn. Sin embargo, parece muy lejano el momento en que los saharauis podrán volver en llena libertad en sus territorios, y sin el peligro de explotar sobre una mina.
Fuente El Clarín
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