El presidente gallego dijo que la represión marroquí en Gdeim Izik fue un ataque directo a los derechos humanos del pueblo saharaui y que cuando eso ocurre hay que salir en su defensa.
El próximo presidente del Partido Popular mostró su compromiso con un pueblo “que lleva décadas viviendo en situaciones inadecuadas”.
Una delegación del Gobierno gallego, presidida por el vicepresidente de la Xunta, visitó los campamentos de refugiados saharauis en noviembre de 2014 y se reunió con ministros de la RASD.
Alfonso Lafarga.- Contramutis
Madrid (ECS). - Cuando se produce “un ataque directo” a los derechos humanos de los saharauis, como ha hecho Marruecos, desde España «no se puede mirar hacia otro lado con indiferencia y cobardía».
Esta afirmación la hizo hace años el próximo presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien en diferentes ocasiones mostró su compromiso con la causa saharaui, dijo que España no debía abandonar al pueblo saharaui y mandó una delegación de su gobierno a los campamentos de refugiados saharauis, en Tinduf (Argelia), que se entrevistó con miembros del Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Ahora, ante el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a una autonomía del Sáhara Occidental dentro de Marruecos, el presidente de la Xunta ha hablado de “temeridad” y “frivolidad”, del “volantazo” que ninguno de sus antecesores se aventuró a dar, así como de «falta de respeto» a los españoles por haberse tenido que enterar a través del Gobierno de Marruecos, incidiendo en que Sánchez “no puede decidir un cambio tan drástico de manera unilateral”.
El presidente de la Xunta con una darrá
El 11 de noviembre de 2010, en una rueda de prensa Núñez Feijóo se refirió a lo ocurrido días antes en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos cuando fuerzas de seguridad y del ejército marroquíes desmantelaron violentamente el “campamento de la dignidad” de Gdeim Izik, levantado con jaimas por los saharauis a 15 kilómetros de El Aaiún para reivindicar sus derechos sociales, económicos y culturales. Llegó a congregar a 20.000 personas, que fueron atacadas por las fuerzas marroquíes, que extendieron la represión a la ciudad de El Aaiún.
Feijóo dijo sobre estos hechos que fueron «un ataque directo a los derechos humanos del pueblo saharaui», y que cuando eso sucede «hay que defenderlos«, lo que «puede ser perfectamente compatible» con los intereses de España en su relación con Marruecos. Agregó que «a través de circunloquios y frases hechas poco se puede hacer» y que existe «un problema histórico» de la diplomacia española con el Sáhara Occidental”.
Por lo ocurrido en Gdeim Izik, que el filósofo norteamericano Noam Chomsky consideró el antecedente de la primavera árabe, Marruecos juzgó a 25 saharauis: fueron dictadas, entre otras, ocho cadenas perpetuas, tres de 30 años de reclusión, cinco de 25 y tres de 20.
La de Gdeim Izik no fue la única ocasión en la que Núñez Feijóo expresó su posición sobre el conflicto del Sáhara Occidental. En abril de 2008, un año antes de llegar a la presidencia de la Xunta, intervino en la “XII Conferencia de los Intergrupos Parlamentarios Paz y Libertad para el Pueblo Saharaui”, que se celebró en el Parlamento gallego y a la que asistió el entonces delegado del Frente Polisario para España, Bucharaya Hamudi, Beyun, actual primer ministro de la RASD.
El líder del PP gallego expuso su compromiso con la causa saharaui y calificó de “preocupante» el «viraje del Gobierno” (de José Luis Rodríguez Zapatero), “que deja de lado la solidaridad». Manifestó que España no debía abandonar al pueblo saharaui, hizo hincapié en la necesidad de «retomar las relaciones y las negociaciones con Marruecos y el Sahara», afirmó que el Ejecutivo debía «seguir haciendo un esfuerzo humano y social» para colaborar con el Sahara y se mostró partidario de la «neutralidad activa».
La declaración final de la Conferencia apoyó un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, condenó la represión marroquí e instó al Gobierno de España a denunciar “el flagrante incumplimiento de la legalidad internacional en materia de derechos humanos por parte de Marruecos”. También exigió a la Unión Europea el respeto a la legalidad internacional en los acuerdos comerciales con Marruecos, para que no afecten al territorio, ni a las aguas del Sáhara Occidental, ni a los derechos del pueblo saharaui.
En noviembre de 2014, cuando Alberto Núñez Feijóo llevaba cinco años y medio de presidente de Galicia, una delegación de su gobierno, presidida por el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda Valenzuela, acompañado de cuatro altos cargos, viajó a los campamentos de refugiados saharauis, en Tinduf (Argelia), donde se entrevistó con miembros del Gobierno de la RASD.
Esta visita contrastó meses después con la decisión de la presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, de no permitir a su vicepresidente Diego Valderas, de IULV-CA, ir a los campamentos derefugiados saharauis en Argelia para comprobar sobre el terreno los logros de la cooperación andaluza. La entonces presidenta, además de considerar que visitar a unos refugiados era intervenir en un conflicto internacional, pensó que podía ser un “desaire” a Marruecos
El 25 de mayo de 2016 el tema del Sáhara Occidental fue tratado en la sesión de control del Parlamento gallego debido a que dos semanas antes Marruecos impidió entrar en El Aaiún a cinco parlamentarios gallegos.
En esta ocasión Feijóo defendió una postura de «absoluta prudencia«: «Lo importante, lo principal, es ser útiles al pueblo saharaui. No está en manos de este Parlamento resolver el conflicto del Sahara”. A esto añadió que España aboga por una solución mutua, duradera y aceptable, con apoyo al papel de la ONU.
Hubo un acto relacionado con la causa saharaui en el que Feijóo se puso una darrá, ropa tradicional saharaui: fue el 5 de septiembre de 2019, en la despedida a los niños y niñas saharauis que habían pasado el verano en Galicia.
En su alocución ante “330 pequeños embajadores saharauis” expresó “reconocimiento y aprecio” al pueblo saharaui y su capacidad para hacer frente a las dificultades en las que vive: “Sabemos los problemas que tenemos sin resolver desde el punto de vista internacional y sabemos que tenemos deudas pendientes”, aseveró.
El próximo presidente popular mostró su compromiso “con un pueblo que lo está pasando muy mal, que lleva muchas décadas viviendo en situaciones absolutamente inadecuadas y que, sin embargo, está intentado defender su derecho y su propuesta”.
Anunció un reforzamiento del apoyo a los programas destinados al pueblo saharaui y un incremento del número de beneficiarios de “Vacaciones en Paz” en Galicia. La llegada de niños y niñas saharauis se interrumpió en 2020 por la COVID-19, pero se reanudará este verano y volverán con las familias españolas.
1 Comentarios
Es que lo del PSOE es como de poner la alfombra roja a la derechona... que acaban pasándoles por la izquierda aunque sea de postureo, porque más rancios que el PSOE no hay.
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