Por Mah Iahdih Nan.
ECS. Madrid. | La llegada accidental de José Luis Rodríguez Zapatero tanto a la dirección del PSOE como a la presidencia del Gobierno de España, provocó un cisma en la política española, con el aterrizaje de una generación con muy escasa cultura intelectual, política y diplomática. La anterior generación la de González, Aznar o Suarez se puede discrepar con sus formas políticas o ideológicas, pero nadie les puede negar su talla política, diplomática, cultural e intelectual.
Sin embargo, la arribada de Zapatero al poder dio un brusco giro a la hasta entonces clásica, cabal, precisa, cortes y discreta diplomacia española. Nadie puede poner en entredicho la capacidad, habilidad, sagacidad y tacto de diplomáticos como: Jaime de Pinies, Fernández Ordoñez, Marcelino Oreja, Fernando Moran, Solana, Westendorp, Matutes, o Pique.
A partir de entonces el nivel bajó en picado y con ello el prestigio y la consideración de España; Se cambiaron las formas, los modales, las dinámicas, los protocolos diplomáticos y el respeto a las reglas, ceremonias y formalidades protocolarias. El ejemplo más evidente y reciente de este desaguisado es la vuelta a España de la Embajadora marroquí Karima Benyaich, después de haber insultado, ofendido y amenazado a España, ahora los prodigios Sánchez-Albares aceptan su vuelta como si no hubiese pasado nada. No sólo han entregado la seriedad de España como estado, sino que la han dejado desprotegida ante Estados poco fiables y, sin prácticamente autonomía e independencia en sus soberanos actos.
En definitiva, la política española pasó a manos de personas de muy bajo perfil cultural y con un desconocimiento total de las relaciones internacionales y los protocolos diplomáticos, cuyo patrón de actuación son los titulares de los periódicos.
Con la llegada a la política de individuos como Zapatero o Sánchez, comenzó la era de los dirigentes superficiales, vacíos de contenido y frívolos que gobiernan a base de decisiones guiadas por las encuestas, el marketing y los asesores. Lo que ha provocado que vaciaron de contenido las decisiones políticas trascendentales, cambiaron las prioridades políticas e introdujeron como práctica habitual el ejercicio del poder a base de los titulares en los medios de comunicación. No importa el contenido, lo único relevante es el titular.
Los primeros pasos de esta nueva hornada de políticos encabezados por Zapatero fue despojar a sus formaciones políticas de sus ideologías. Así por ejemplo Zapatero, que pasó a llamarse ZP, atendiendo a las nuevas formas reduccionistas y simplificadoras de todo lo esencial, despojó al PSOE de sus dos letras centrales y lo transformó en un partido plano y lineal, sin identidad ni raíces. Al nuevo PSOE, made in ZP se le adhirieron incluso personas de ideologías extremas por ambas bandas y personas sin ninguna ideología.
A mediados del siglo XX, los comunistas, acuñaron el concepto de "analfabetos funcionales" para referirse a la incultura de muchos de los sectores de las sociedades capitalistas. Según esta teoría, la mayoría de las clases sociales que viven en los países capitalistas y que se dedican a un oficio o profesión determinada, solo viven por y para ganarse la vida y fuera del entorno de su trabajo, se encuentran totalmente perdidos. De puertas para dentro podrían llegar a ser profesionales reputados y de puertas para fuera no saben ni abrocharse los botones de la camisa. El mundo en el que viven, se convierte en un contexto desconocido para ellos.
En una situación similar a la de los “analfabetos funcionales” podemos encajar perfectamente a individuos como Zapatero, Sánchez, Moratinos, Albares, Planas y un larguísimo etc. Gente, carente de principios, con un desconocimiento casi total de muchas de las realidades que les rodean, con una escasa cultura general y con un elevado sentido del oportunismo y la especulación y que apoyados en circunstancias casuales o accidentales llegan a la cúspide del poder, sin estar preparados para afrontar los problemas reales.
Políticos como ZP o Sánchez además de su ya conocida poca coherencia a la hora de tomar decisiones políticas y su acentuado doble rasero en el trasfondo de esas mismas decisiones. En muchas ocasiones su confusión política e ideológica le lleva a mezclar situaciones diametralmente opuestas; tal es el caso de ZP que podría perfectamente hablar por la mañana, con cierta coherencia de algunos conceptos democráticos occidentales en Madrid y por la tarde en Rabat entender y compartir a la perfección un sistema arcaico y feudal como el que impera en Marruecos y hasta rendir pleitesía a los sátrapas que lo comandan.
La misma situación ocurre con Sánchez y Albares que un día reclaman el cumplimento de la legalidad y el derecho internacional en Ucrania y al día siguiente en el Parlamento Español defienden sin sonrojarse justo lo contrario para el Sáhara Occidental.
En el marco de toda esta confusión mental y política que caracteriza a este tipo de personajes con una total quiebra moral y ética. Estos días el señor Zapatero se ha sacado de la manga, el invento de que no ha habido ningún tipo de cambio de la posición oficial del Gobierno de España con respecto al Sáhara Occidental y que él como presidente mantenía desde el 2007 la misma postura. Dentro de su perenne incoherencia, el Sr Zapatero presa de su esquizofrenia política, confunde sus deseos y promesas íntimas y secretas mientras ostentaba el poder, con las decisiones oficiales del estado Español. España nunca, antes de la infame carta de Sánchez se pronunció oficialmente a favor de una de las partes en el conflicto del Sahara, Otra cosa es que ZP ya estaba inclinado hacia una de las partes, pero su cobardía le impedía perpetrar lo que acabó ejecutando Sánchez casi 14 años después.
Por mucho que la mentira se repita, nunca se transformará en verdad y menos viniendo de uno de los políticos más simples, superficiales e intrascendentes de la democracia española.
Ahora Zapatero aparece como el garante de los intereses del pueblo Saharaui, pero sin siquiera tener la delicadeza de tomar en cuenta los verdaderos deseos del pueblo Saharaui, es decir, desde el disfrute de los generosos regalos del Majzen marroquí, ZP se ha tomado la libertad para arrogarse la representación del sentir y el interés de los Saharauis, y ha decidido por ellos, que es mejor que acepten una autonomía en una autocracia centralista y feudal y así ZP garantizará sus privilegios y amistades en el reino de las injusticias y las desigualdades..
Zapatero, en vez de andar desparramando mentiras por los medios, debería explicar y detallar los privilegios, dádivas, condecoraciones y chantajes recibidos de la monarquía feudal marroquí, como pago por su posicionamiento parcial en este asunto.
Lo único cierto en toda esta amalgama de contrasentidos, es que entre el Lobby marroquí en España, los Estados Unidos de América y Francia han empujado a Sánchez al precipicio y a la soledad. Lo ha sufrido en cuerpo y alma esta semana en el Congreso de los Diputados español, donde hasta los suyos lo abandonaron. Sánchez, ha intentado solucionar un problema, arreglando las relaciones de España con su incómodo vecino del sur y se ha metido él solito en un laberinto de conflictos; con la oposición al completo, con los socios de gobierno, con la sociedad civil española, con los saharauis y lo más grave con Argelia país imprescindible y decisivo para la economía de España. Ahora mismo, el futuro de Sánchez está en manos del dictador marroquí, que sólo entiende el lenguaje de la imposición y la rendición total.
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