La rama saheliana del Estado Islámico gana terreno en el noreste de Malí.

Mientras que algunos observadores creen que el G5 Sahel puede continuar trabajando con los cuatro países miembros restantes, otros argumentan que la retirada de Malí significa la sentencia de muerte para la organización.

Por Sidi Maatala

Bamako (ECS).- Desde principios de marzo, la rama saheliana del grupo yihadista Estado Islámico (ISGS) lleva a cabo ataques sangrientos e intensos en la región de Ménaka, donde varios centenares de civiles han muerto y varios miles se han visto obligados a huir de sus hogares.

En Malí, ISGS está reforzando sus posiciones en sus antiguos bastiones en el noreste del país. Varios ataques han causado la muerte de cientos de civiles desde principios del mes pasado. Y el número de desplazados aumenta cada día. Huyen en particular hacia Gao o Kidal pero también al otro lado de la frontera con Níger. Fueron alojados en vastos campamentos para desplazados.

En esta región, la rama del Estado Islámico en el Sahel se enfrenta a los yihadistas rivales del Nusrat Al Islam y Al Muslimin (JNIM), vinculado a Al-Qaeda, pero también a los grupos armados malienses signatarios del acuerdo de paz de 2015, a saber, el MSA y el movimiento tuareg de Gatia, que intentan proteger a las poblaciones.

Este avance de la rama saheliana del Estado Islámico debe ponerse en contexto con la retirada del ejército francés de Malí y el final de la Operación Barkhane. “También hay que recordar que JNIM [también conocido como Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes] también ha incrementado recientemente los ataques en la región de Ménaka. Entonces, los brutales ataques del Estado Islámico en el Gran Sáhara [ISGS] tendrán lugar en esta perspectiva, es decir, que ahora todos buscan fortalecer sus posiciones”, explica la Radio France internationale (RFI).

“El Estado Islámico quiere jugar un papel en Malí”

En los últimos días, el ISGS ha realizado nuevas ofensivas en las localidades de Emis-Emis e Inekar, por ejemplo. Una vez más, fuentes locales informan de decenas de civiles asesinados. “El Estado Islámico quiere hacerse un hueco en Malí y refuerza sus posiciones en las zonas de Ménaka”, detalla la Radio de Francia.

¿Puede el grupo yihadista establecerse de forma permanente en Ménaka? Tras la muerte de Walid al-Sahrawi y las múltiples operaciones de Barkhane contra ISIS que habían provocado la muerte de varias decenas de sus combatientes, incluido su líder, el ejército francés anunció que el Estado Islámico estaba considerablemente debilitado. "En realidad, el ISGS se ha fortalecido y envía un mensaje a todos: no solo estamos aquí, sino que somos fuertes", agrega.

La controvertida retirada de Malí

La anunciada retirada de Malí de la coalición de cinco países del Sahel comprometidos en la lucha contra el terrorismo, denominada G5 Sahel, sigue planteando interrogantes sobre el futuro de esta organización.

Mientras que algunos piensan que la organización puede continuar trabajando con los cuatro países miembros restantes, otros argumentan que la retirada de Mali significa la sentencia de muerte para el G5 Sahel.

Compuesto por Burkina Faso, Malí, Mauritania, Níger y Chad, el G5 Sahel es “un marco institucional para la coordinación y seguimiento de la cooperación regional en el ámbito de las políticas de desarrollo y seguridad”.

Fue creado en 2014 por los cinco países interesados, con la misión de asegurar la integración regional en términos de desarrollo y lucha contra el terrorismo.

En el campo del desarrollo, los países del G5 Sahel planean crear una aerolínea regional para mejorar los servicios dentro de ellos y construir una línea ferroviaria que los conecte.

En el ámbito de la lucha contra el terrorismo, el G5 Sahel cuenta desde 2017 con una fuerza conjunta formada por los ejércitos de los distintos países miembros.

También está prevista una escuela de guerra como parte del entrenamiento de los ejércitos de los diferentes países. Para coordinar sus acciones, el G5 Sahel cuenta con una secretaría permanente cuya sede se encuentra en Nouakchott en Mauritania. La organización subregional cuenta con el apoyo de la Unión Europea, a través de Francia, Estados Unidos y las Naciones Unidas.

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