Por Lehbib Abdelhay | ECSAHARAUI
Una reciente investigación conjunta realizada por 16 medios de comunicación sostiene que este software espía, desarrollado por la empresa NSO Group, que en un principio solo estaba preparado para combatir, supuestamente, el crimen y el terrorismo, ha tenido 50.000 objetivos en todo el mundo desde el 2016. Así, este software ha sido un arma manejada por Estados autoritarios para controlar a sus ciudadanos, entre ellos, políticos, periodistas, funcionarios, empresarios y activistas, así como otras entidades.
En 2019 se vinculó a este software con el espionaje político, y WhatsApp, la empresa estadounidense de mensajería instantánea, asegura que se utilizó Pegasus contra 1.400 usuarios, aunque la empresa israelí niega la acusación. De acuerdo con la investigación, la compañía israelí habría contratado el uso de este software como mínimo, en 11 países: Arabia Saudí, Azerbaiyán, Bahréin, Marruecos, Kazajistán, México, Hungría, India, Emiratos Árabes Unidos, Ruanda y Togo. Por lo que, estamos hablando, sin duda, de una de las herramientas de robo de información más potentes que hay en la Red.
Volviendo al espionaje masivo en España con el software israelí, la inteligencia española, según Las Provincias, mira hacia el régimen marroquí aunque sigue sin aclarar la falla en la seguridad. Desde 2018 el Centro Criptológico Nacional de España (CCN) viene alertando de la necesidad de análisis forenses continuos y específicos para detectar Pegasus y evitar el «espionaje gubernamental» de otros países.
Hoy, según ha revelado hoy El Confidencial y el diario El País, el móvil de González-Laya, la ex ministra de Exteriores, también fue hackeado durante la crisis diplomática con Marruecos, y tampoco se abrió una investigación sobre el asunto. Hay que recordar que González fue quien permitió la entrada a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y que su ingreso en un hospital riojano fue descubierta gracias al malware empleado por Marruecos.
Según adelantó hoy El País, la entonces jefa de la diplomacia española fue avisada por los servicios secretos de que su teléfono había sido atacado, por lo que González Laya entregó su terminal y los técnicos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) confirmaron la intrusión, pero no llegaron a determinar el malware empleado ni la autoría de la agresión, según informa El País, que aclara que por tanto no consta que entonces se presentara denuncia judicial como se ha hecho ahora.
Un año después de este espionaje masivo, el CNI mira ahora al régimen de Marruecos cuando se denunció oficialmente el espionaje al móvil de Sánchez y al de la ministra de Defensa Margarita Robles. Aunque en el Centro Nacional de Inteligencia dan por hecho que la denuncia en la Audiencia Nacional no llegará a ningún sitio y que jamás se podrá aclarar dónde puede llegar la gran cantidad de información robada al móvil de Pedro Sánchez, los «indicios» y «antecedentes públicos y publicados», insisten, conducen a los servicios secretos de Rabat.
En España se preguntan, ¿Cómo es posible que los técnicos del Centro Criptológico Nacional (CCN), el corazón tecnológico de los servicios secretos españoles y un referente mundial en ciberseguridad, no descubrieran hace un año que los teléfonos están siendo infectados con Pegasus y cómo es posible que el contraespionaje español no sometiera a un análisis profundo todos los móviles del Ejecutivo hasta que hace dos semanas estalló el escándalo 'catalangate'.
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