El CNI revela que Marruecos pidió a Biden que apoyara su supuesta soberanía en el Sáhara Occidental pero éste declinó

Por Lehbib Abdelhay

Madrid (ECS).- Según informó este lunes 'El País', el Centro Nacional de Inteligencia de España (CNI) informó sobre la relación entre la crisis migratoria de Ceuta de mayo de 2021 y el "discurso agresivo" de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, y la posición de Washington sobre el Sáhara Occidental. Marruecos está inmerso en una estrategia internacional para conseguir mas reconocimiento a su anexión. Como detalló el CNI al Gobierno, Rabat había trabajado para atraer al presidente de EE.UU, Joe Biden, para que reconociera la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui, tal y como hizo Donald Trump pero éste declinó y se negó. 

Las decisiones a medias no suelen agradar a nadie, y mucho menos garantizan los beneficios que conllevan una elección clara. Eso ciertamente se aplica a la negativa de la administración Biden a adoptar una posición directa sobre la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental reconocida por Trump

En diciembre de 2020, el entonces presidente de EE.UU Donald Trump anunció, en Twitter, naturalmente, anunció que Washington reconoce la soberanía marroquí sobre la vasta región rica en minerales a lo largo de la costa atlántica (el Sáhara Occidental). Dado que Trump estaba casi fuera de la Casa Blanca en ese momento, los marroquíes acogieron la decisión con cierto grado de precaución: no estaban seguros de lo que haría el próximo inquilino de la Casa Blanca.

Según informes del CNI, la administración Biden se niega a tomar una decisión de cualquier manera, ni respalda la decisión de Trump ni hace nada para rescindirla. Los marroquíes se sienten aliviados de que su gran logro bajo la administración Trump no haya sido revocado. Pero toman nota del comentario del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el 27 de enero de que la administración está “tratando de asegurarse de que comprendamos completamente cualquier compromiso que se haya hecho para asegurar esos acuerdos [de normalización]” con Israel. El anuncio de Trump sobre el Sáhara Occidental fue un quid pro quo a cambio de la normalización de lazos por parte de Rabat con Israel.

Blinken ha enviado señales contradictorias. El informe anual de derechos humanos del Departamento de Estado, publicado en marzo, no incluyó la sección tradicional del Sáhara Occidental. Y por otra parte, los mapas del departamento representan la región como parte de un Marruecos ampliado. Pero el mes pasado, la Administración Biden instó al Secretario General de las Naciones Unidas a relanzar cuanto antes el Proceso de Paz en el Sáhara Occidental y pidió negociaciones entre el gobierno marroquí y el Frente Polisario. La medida significa que el asunto no está resuelto. 

Los servicios secretos españoles revelaron también que la llegada masiva de 10.000 marroquíes en mayo de 2021 a Ceuta fue un mecanismo de “presión” para que Sánchez cediera en el Sáhara Occidental.

El CNI informó sobre la relación entre la crisis migratoria de Ceuta de mayo de 2021 y el "discurso agresivo" de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. En concreto, los servicios secretos españoles atribuyen la entrada de miles de inmigrantes marroquíes en territorio español con un intento de "presión" de Rabat para que Madrid reconociera su soberanía sobre el territorio saharaui.

Finalmente, España cedió en marzo de este año y anunció un giro histórico en su posición neutral al reconocer el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, propuesto en 2007. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha reafirmado, el pasado 7 de abril durante su visita a Rabat, al rey Mohamed VI la nueva postura de España de apoyo al plan de autonomía marroquí para la antigua colonia. Sánchez envió el 18 de marzo una carta al rey Mohamed VI en la que asegura que la propuesta de un régimen de autonomía para el Sáhara que Marruecos hizo en 2007 es la propuesta “más seria, realista y creíble” para la resolución del conflicto. La posición la ha anunciada por el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, que ha usado esas mismas palabras respecto al plan de autonomía de Marruecos. El mensaje de apoyo a la propuesta de Marruecos es un giro radical a la posición que hasta el pasado 18 de marzo ha mantenido España de defensa de las resoluciones de la ONU para la celebración de un referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental.

En el informe del CNI revelado por 'El País' queda reflejado también que la Inteligencia española advirtió al Presidente del Gobierno que la llegada de los miles de marroquíes estaba enmarcada en una estrategia de "presión" por parte de Marruecos y que iba en la línea con su discurso "agresivo" para que España virara en su estrategia de reconocimiento del Sáhara Occidental. Justamente ha sido en marzo de este año cuando el Gobierno de Sánchez ha relajado su apoyo a los saharauis y ha considerado la autonomía del Sáhara Occidental como una resolución "realista".

Marruecos, que ocupa el territorio del Sáhara Occidental, está inmerso en una estrategia internacional para conseguir mas reconocimiento a su anexión. Como detalló el CNI al Gobierno, Rabat había trabajado para atraer al presidente de EE.UU, Joe Biden, para que reconociera la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui, tal y como hizo Donald Trump.

Los informes del CNI concluyen que Mohamed VI era plenamente consciente de esta estrategia, en la que se implicó personalmente precisamente por considerar que le llegada del líder del Frente Polisario a España también había sido monitorizada desde las altas instituciones españolas. Quién estaba detrás de este plan era un estrecho consejero del rey, Fouad Alí el-Himma, con quién el Gobierno se sentó a comer en abril para zanjar la crisis junto con la comitiva de exteriores marroquí.

El CNI también apunta al ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, y a los responsables de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED en sus siglas en francés, el servicio de inteligencia exterior dependiente de las Fuerzas Armadas marroquíes), Yassin Mansouri, y de la Dirección General de Vigilancia del Terrorismo (DGST, el servicio secreto interior), Abdellatif Hammouchi.

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