Agencias
Madrid (ECS). - Procedente de Israel, el presidente de EE.UU, Joe Biden, ha aterrizado en Yeda, a orillas del mar Rojo, para reunirse con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y la búsqueda de alternativas al petróleo ruso.
La Casa Blanca anunció recientemente que Biden trataría de limitar el contacto físico, como por ejemplo evitar el apretón de manos, durante su viaje a Israel y Arabia Saudí esta semana debido a la preocupación por el aumento de los casos de covid-19. Este viernes, Biden se reunió con el príncipe heredero y gobernador de facto de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, y el rey Salmán bin Abdulaziz en la ciudad de Yeda. Al ser preguntado por la prensa, el portavoz de la Casa Blanca aseguró que esta política se ha tomado principalmente para proteger la salud del presidente y que no se trata de una estrategia para evitar una foto del mandatario estrechando la mano de Bin Salmán.
Hay que recordar que la inteligencia de EE.UU responsabilizó a Bin Salmán de la muerte en 2018 del periodista Jamal Khashoggi, y sancionaron a más de 70 saudíes, sin incluir al propio príncipe. Biden busca restablecer la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí después de un comienzo difícil en la presidencia.
Finalmente, según recoge El Independiente, tras su llegada la tarde de este viernes a Yeda, donde permanecerá hasta este sábado, Biden y Bin Salman han optado por una opción intermedia. En lugar del apretón de manos, que sí ha ofrecido a su padre Salman, de 86 años y con un delicado estado de salud, el demócrata, de 79 años, y el heredero saudí, de 36, han firmado un choque de puños con una mirada de Biden sonriendo y Bin Salman muy serio.
Las primeras muestras de esta nueva política de la Casa Blanca se pusieron de manifiesto en la llegada de Biden a Israel el miércoles. Cuando aterrizó, en vez de estrechar la mano, el mandatario estadounidense chocó los puños en señal de saludo con el primer ministro israelí en funciones, Yair Lapid, el presidente Isaac Herzog y el exprimer ministro Naftali Benet, quienes acudieron a recibirle al aeropuerto Ben Gurión , cerca de Tel Aviv.
Sin embargo, según recoge La Razón, tanto Benet como Herzog fueron a tenderle la mano a Biden y enseguida rectificaron para mostrar el puño. Más tarde, la ceremonia de bienvenida, Biden fue saludando a diferentes miembros de la delegación israelí y sí estrechó la mano durante varios segundos con el exprimer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Más tarde en Jerusalén, en el monumento para la memoria de las víctimas del Holocausto ubicado en Yad Vashem, Biden cogió la mano y besó las mejillas de las supervivientes Rena Quint, de 86 años, y Giselle Cycowicz, de unos 95. “¿Viste al presidente abrazarme?” preguntó Quint. “Me pidió permiso para besarme y siguió sosteniendo mi mano y nos dijeron que no le tocáramos”.
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