Por Lehbib Breica (Exembajador Saharaui)
Madrid (ECS). - Eugenio García Cascón escribía el 21 de junio en el diario Público, un artículo titulado; “Francia y Alemania exprimen la Crisis de España con Argelia en detrimento de Europa”, arguyendo que la “crises del Sáhara Occidental, ha servido a Berlín y Paris para “reubicar” su posición en el Magreb y aprovechar el “boicot de Argel a Madrid” para repartirse el “botín” argelino. (artículo AQUÍ)
El articulista no ahorra críticas a la “política exterior europea calificándola de “desastre” en “lo tocante a la ocupación israelí, Irán y el Norte de África. Y particularmente críticas a Paris y Berlín que anteponen “sus parroquiales intereses nacionales a los del conjunto de Europa”, dictan “políticas antieuropeas” que los “restantes miembros del Club” aceptan para no disgustarles. Toman posiciones “cínicas” y obligan a “sus socios a pasar por el aro una y otra vez”, sin dar explicaciones. Sus “escabrosos movimientos” en el Magreb que ya existían, se hacen “transparentes” hoy.
El periodista arrecia más las críticas a Alemania y Francia, al aprovechar “con descaro” una crisis “como la de España y Argelia. Y no “ayudar al socio español”, “lanzándose a la caza y captura de los contratos de las empresas españolas” en lo que llama la “política de buitres”. Ellos que siempre llenan la boca al “hablar públicamente” de la “unidad de Europa”.
Su comportamiento, evidencia que “Europa anda por mal camino” en la construcción, al no fomentar “una unidad progresista y solidaria” y adoptar un “cínico comportamiento que desbarata “un sueño” de muchos años que cada día se hace más “borroso y precario”. Las “ambiciones” del eje Paris-Berlín” entorpecen la construcción europea en un continente expuesto a “profundos cambios” que pueden llevar a su desmoronamiento, a la “caída que interesa a grandes potencias como Rusia, EEUU e Israel”.
Aduce que Paris y Berlín al preocuparse del “rendimiento económico nacional” no han mostrado el menor interés en “una política europea unitaria” que hubiese evitado los problemas “con Marruecos y Argelia”.
La llamada del presidente francés a su homólogo argelino el 17 de junio para hablar de “desarrollar las relaciones” con Argel, la interpreta como “una puñalada a Madrid” que “responde al “juego de supremacía” de Paris y Berlín que los “demás europeos deben acatar sin protestar”. Al estar “las relaciones con España” congeladas, esa llamada la inscribe el periodista en el “ámbito económico”.
El contexto, para Eugenio García, no invita al “optimismo”, a corto, largo y medio plazo. No existe “ningún indicio” de que Paris y Berlín tengan la intención de cambiar de dirección. Y “ante los negros nubarrones que se observan tras cada una de las elecciones europeas”, vaticina que todos los europeos acabaran pagando “un elevado precio” por las decisiones de Francia y Alemania.
Todo lo dicho está intrínsecamente ligado a la “crisis” del Sáhara Occidental que el articulista dice ha provocado un “acercamiento de Alemania y Francia a Argelia, pero también cierto acercamiento, todavía demasiado vago, de España a Marruecos”.
No parece que ese acercamiento sea nada “vago” cuando es el que ha provocado la crisis que podía no haberse dado, si no fuera por lo que el autor del artículo describe como el “grave error cometido por el presidente Pedro Sánchez con el Sáhara Occidental” que ha “dado el disparo de salida para que otros países se apresten a ocupar el lugar de España”, empezando “numerosas capitales europeas”, entre ellas, “además de la vecina Roma, se encuentran Berlín y Paris” a tomar posiciones “para repartirse el pastel argelino”.
Ese error como se deduce del artículo, ha permitido a Berlín y Paris “reubicar” su posición en el Magreb, a producirse lo que erróneamente llama el articulista “boicot argelino a Madrid”, a lanzarse Italia, Berlín Y Paris “a la caza y captura de los contratos” que tenían las empresas españolas” en Argelia. A suplantarlas por otras. A tener la oportunidad Alemania y Francia a aplicar la “política de buitres”.
Pedir a Pedro Sanchez rectificar “su grave error” a fin de que las cosas vuelvan a sus cauces normales, hubiera sido más acertado que reprochar a Alemania y Francia no “ayudar al socio español”, conociendo sus “parroquiales intereses”, sus “políticas antieuropeas”, sus “ambiciones”, su poco aprecio por la “unidad de Europa, “sus “posiciones cínicas”, su “juego de supremacía” y que no vacilan en “pasar por el aro una y otra vez” sus socios sin dar explicaciones.
Referirse a Argelia con términos como “botín” y “pastel argelino”, podría no agradar a los interesados, sobre todo, que han librado una sangrienta guerra de ocho años contra Francia en la que han perdido más de un millón y medio de mártires por su dignidad y soberanía. Esos términos traen a la memoria divergencias y peleas entre potencias coloniales por sus colonias por quien llevará la mayor tajada.
En cuanto a la “política de buitres”, no sé si hablar de ella en el Sahara Occidental donde parece algo más clara. De sus tierras se extraen productos agrícolas injustamente y faenan ilegalmente en sus aguas barcos de los 27 miembros de la UE, incluida España, abanderados por su Comisión en connivencia con el ocupante marroquí.
Esa política se practica con “descaro”, “sin dar explicaciones” a nadie y desacatando la UE las sentencias de sus propios tribunales. La practicaba Madrid antes, firmando acuerdos ilegales con Marruecos y la practica toda la UE desde hace más de 30 años en connivencia con Rabat. Si esa política no es de “buitres”, al menos dista mucho de ser de palomas.
‘La crisis del Sahara Occidental’, empezó en 1976 cuando España abandonó sus responsabilidades de potencia administradora de organizar un referéndum de autodeterminación para su pueblo y abandonó el territorio entregándolo a Marruecos y al régimen de Mauritania de aquel entonces. 16 años de lucha del Frente Polisario con Rabat le obligaron a aceptarlo y las Naciones Unidas crear la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental).
El Pueblo saharaui ha conseguido con sus sacrificios parar el expansionismo marroquí en la región y crear un equilibrio que España ha cuidado siempre adoptando una postura de neutralidad en el conflicto. Pedro Sánchez ha cometido ese ‘grave error con el Sahara Occidental’ rompiendo ese equilibrio, creando el problema que vivimos y abriendo la región a lo imprevisible.
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