Algunos apuntes sobre la visita del Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental tras visitar los campamentos saharauis


Frente a narrativas distintas, hay una realidad única sobre el terreno que Staffan De Mistura no dejará de recordar a sus superiores y al Consejo de Seguridad de la ONU: "contradicciones del llamado ''Grupo de Amigos del Sáhara Occidental''

Por Salem Mohamed 

ECS. Bir Lehlu. | Este fin de semana, el Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan De Mistura, llegó a los campamentos de refugiados saharauis cuya población fue empujada a la guerra por la espantosa gestión de la organización que representa este individuo. En su segunda visita a la región, la primera fue en Enero, De Mistura inició su recorrido en la sede del gobierno saharaui reuniéndose con autoridades políticas y militares así como con miembros y organizaciones influyentes de la sociedad civil. Procedente el mes pasado de Marruecos, tras mantenerlo encerrado dos días en un hotel sin recibirlo y vetar su acceso a los territorios ocupados, De Mistura se marchó ninguneado y sin poder pisar el territorio que lleva por nombre su cargo. Transcurrido un mes, arriba en los campamentos saharauis en un avión fletado por Argelia, siendo la primera vez en décadas que sucede así.

Los saharauis no pasan por alto que De Mistura personifica la impotencia y el fracaso de los esfuerzos internacionales en descolonizar el Sáhara Occidental y tuvo que registrar la decepción de las autoridades saharauis por la vía diplomática liderada por la ONU y el apoyo unánime de la población saharaui a la continuación de la lucha armada. 

Los saharauis carecen de ejemplos sobre el terreno para defender a la ONU, no en vano, un Frente POLISARIO harto de diplomacia declaratoria y de las vacilaciones macabras del Consejo de Seguridad, mostró, a pesar de todo, su disposición abierta a cooperar por enésima vez para lograr una solución pacífica que prevea el referéndum para el pueblo del Sáhara Occidental.

El Enviado de la ONU al Sáhara Occidental hubo de comprobar con perspicacia diplomática el contraste entre las voluntades mostradas por las partes implicadas en aras de la conclusión pacífica y acorde al derecho internacional del conflicto. Mientras Marruecos mantiene su intransigencia con el ilegal Plan de Autonomía y una negación enfermiza de la existencia del pueblo saharaui, el Frente POLISARIO no dejó de recordar sus propuestas que tienen como eje los derechos reconocidos e inalienables de los saharauis, ofreciendo incluso acuerdos económicos y securitarios privilegiados con Marruecos, sin deponer las armas. 

Toda negociación que se lleve a cabo deberá ser bajo el estruendo de los misiles, pues la historia es testigo de como Marruecos incumple sus obligaciones contraídas voluntariamente ante a la comunidad internacional. El expansionismo de la monarquía alauí es incompatible con las obligaciones de un estado sujeto del derecho internacional.

Staffan De Mistura también tuvo que cerciorarse de qué país piensa en el beneficio, desarrollo y seguridad del Magreb y el Norte de África, y quién actúa en detrimento de estos objetivos regionales guiado por el beneficio propio y arrollando con los principios del derecho internacional. Del mismo modo pudo comprobar qué estado piensa en unas relaciones futuras saludables y amistosas con sus vecinos fronterizos, y quien se ha erigido como una fuente de tensiones a través del chantaje migratorio, económico y la ruptura de relaciones con Argelia y Túnez, así como las tensiones abiertas con España y Mauritania por su expansionismo. Finalmente, el Enviado onusiano ya se habrá dado cuenta tras la ronda de visitas que la plena integración del Magreb así como la estabilidad en el Atlántico, se encuentra impedida por la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, que es, sobre todas las cosas, un espantoso recordatorio de la violación persistente de una norma fundamental del derecho internacional, así como el nivel de responsabilidad que recae en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Frente a narrativas distintas, hay una realidad única sobre el terreno que Staffan De Mistura no dejará de recordar a sus superiores y al Consejo de Seguridad de la ONU en su informe del próximo Octubre, menester de anotar también las vergonzosas contradicciones del llamado ''Grupo de Amigos del Sáhara Occidental'' formado por Francia, EE.UU, España, Reino Unido y Rusia, que mientras apoyan la aplicación de las resoluciones de la ONU que exigen el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, ponen obstáculos objetivos a cualquier avance a favor de los saharauis en materia de derechos humanos y soberanía sobre sus recursos naturales, ya sea vetando resoluciones o estableciendo acuerdos económicos con la potencia ocupante, junto a una política exterior que propicia sin disimulo alguno la prolongación de la ocupación marroquí. A este respecto, conviene mejor cambiar el nombre a ''Grupo de Amigos de la Guerra del Sáhara Occidental'', más preciso y conforme a su actitud.

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