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Campamentos de refugiados saharauis (ECS).- FiSahara (Festival Internacional de Cine del Sáhara Occidental) volvió a iluminar las dunas del Sáhara con las proyecciones en su Pantalla del Desierto. La noche del 12 de octubre y tras la llegada desde Madrid de un vuelo con público de más de una docena de nacionalidades, la XVII edición del festival echó a andar desafiando al siroco.
En una velada que arrancaba en el campamento de población refugiada de Ausserd con la actuación del grupo de clown Pallasos en Rebeldía, lxs dxs directorxs de FiSahara, Tiba Chagaf y María Carrión, se encargaron de dar la bienvenida a un auditorio al que se sumaron personas llegadas de otros campamentos reuniendo medio millar de almas. “Gracias a todas las personas que han llegado desde tan lejos para sumarse a esta fiesta”, apuntó Chagaf.
Por su parte, Carrión quitó hierro a las extraordinarias dificultades y contratiempos que asaltan al paso de la realización de un festival como éste en mitad de la hammada argelina, indicando que “programamos veinte versiones diferentes del festival y al final no cumplimos con ninguna de ellas, siendo la que realizamos la mejor”.
Previo al inicio de las proyecciones, que este año tienen por lema #Descolonicemos, el público disfrutó de música tradicional saharaui y de la presencia del elenco de Juruchu Fulucho (Tonterías en el Exilio), la primera telecomedia saharaui con la que la Escuela de Cine Abidin Kaid Saleh ha hecho historia, en la que a través de sus doce episodios aborda escenas de la sociedad actual saharaui.
Aplaudidos como ídolos y en mitad de un ambiente festivo, el momento sirvió de perfecto preludio de la proyección de Wanibik, el pueblo que vive frente a su tierra, del realizador argelino Rabah Slimani. Durante la presentación de la película, el director, visiblemente emocionado, invitó a subir a algunos de los protagonistas de la cinta, que narra cómo cuando regresa la guerra el alumnado de la Escuela de Cine Abidin Kaid Saleh decide rodar su proyecto de fin de carrera en el Muro de la Vergüenza, levantado por Marruecos a lo largo de más de 2.700 km sembrado por más de siete millones de minas antipersona.
Cerrando la velada de proyecciones, la Pantalla del Desierto proyectó Burkinabè Rising: el arte de la resistencia en Burkina Faso, presentada por Abdoulaye Diallo, figura clave en el derrocamiento del dictador Blaise Compaoré en octubre de 2014 que, a pesar del reciente golpe de estado vivido en su país, no quiso faltar a esta nueva edición de FiSahara. Diallo es fundador y coordinador del Festival de Cine y Derechos Humanos y Libertad de Expresión La Droit Libre, que tiene lugar anualmente en varios países de África occidental (Burkina Faso, Costa de Marfil, Senegal, Mali, Níger y Mauritania).
Más cine y Derechos Humanos
Con cuatro días aún por delante de cine y cultura saharaui, FiSahara aún tiene reservada una extensa programación de películas como Naila y la Rebelión de la brasileña Julia Bacha, En Mansourah nos separaste de la argelino-francesa Dorothée Myriam Kellou o Dajla: cine y olvido, con presencia de su director Arturo Dueñas; así como una muestra de los últimos trabajos de la Escuela de Cine.
Con un abanico de actividades que giran alrededor del lema #Descolonicemos, activistas, artistas y personalidades de todo el mundo participarán en FiSahara, como la actriz Itziar Ituño (Loreak, La Casa de Papel), el actor Guillermo Toledo (Días de fútbol, Los favoritos de Midas; la abogada de presos políticos saharauis y Sultana Khaya Tone Sørfonn Moe; la comunicadora afrocolombiana Emiliana Bernard; o las leyendas políticas saharauis como Embarka Brahim Bumajruta, Salem Lehbsir, entre otras.
El grupo Amaral será el encargado de clausurar un festival que, en su XVII edición, está más de fiesta que nunca al haber sido recientemente reconocido, junto a la EFA Abidin Kaid Saleh, por la Academia de Cine con el Premio González Sinde 2022 por su labor social.
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