Argelia es la primera nación del Magreb en términos geográficos, económicos, políticos y militares. La Agenda de Seguridad del país ha estado marcada en estas últimas décadas por el terrorismo, el conflicto del Sáhara Occidental y las tensiones con Marruecos, agregándose el clima de inseguridad derivada de la caída del líder libio y la crisis de Malí. Poseedor de inmensos recursos mineros y energéticos es un actor clave para la estabilidad regional y dado su situación geopolítica, históricamente ha tenido unas potentes fuerzas armadas, que han desarrollado estos últimos tiempos una discreta industria militar.
Por Jorge Alejandro Suárez Saponaro
ECS. Argelia en estos últimos años ha tenido que enfrentar una creciente competencia por parte de Marruecos. Su activa política exterior, estuvo apoyada por inversiones en el sector servicios, donde las empresas marroquíes han tenido un papel importante, especialmente en las ex colonias francesas. Esta política ha estado acompañada con una estrategia clara, bloquear a la República Saharaui, legitimar la ocupación militar y erigirse en un actor clave, posiblemente buscando ser un interlocutor entre Francia, Estados Unidos y los aliados africanos de Rabat.
Los argelinos en 2016 convocaron una cumbre de inversiones, han buscado estrechar lazos militares con Malí y Níger, existiendo en la localidad sureña de Tammanrasset, un comando conjunto para lidiar con el terrorismo. También hubo conversaciones sobre un oleoducto que podría llegar hasta Nigeria. Argelia atravesó una crisis política interna, que ha limitado durante años su margen de maniobra. La crisis desatada por el intento de mantener en el poder al difunto Adbelaziz Buteflika, que terminó en la designación de Abdelmayid Tebún en diciembre de 2019, luego de haber ganado las elecciones por más del 50% de los votos. No obstante ello, hubo protestas, lo que puso en evidencia la necesidad de reformas del sistema político argelino. En la reaparición del presidente Tebún en diciembre de 2020, este dio una serie de mensajes, ante los intentos del ex presidente de EE.UU, Donald Trump, de “seducir” a Marruecos, reconociendo la soberanía de dicho país sobre el Sáhara Occidental, a cambio de la normalización de las relaciones con Israel. El presidente Tabun consideró esto como una maniobra que puede afectar los intereses argelinos y desestabilizar la región, o menor dicho a la propia Argelia.
En noviembre de 2020, hubo un referéndum de reforma constitucional donde ganó el sí, apoyado por el gobierno. Solo participaron 5.5 millones de personas de las 23 millones habilitados para hacerlo. El gran desafío fue desactivar el movimiento Hirak, golpeado por la pandemia, pero que se ha convertido en un vehículo para que sectores más jóvenes del país se manifiesten por las reformas.
La guerra contra el terrorismo, desatada en 2001, puso de nuevo Argelia en la agenda global por su experiencia en la lucha contra grupos islámicos radicales. Asimismo los cambios en materia de política económica, abrieron las puertas a importantes inversiones en el sector energético, base de la economía nacional, el petrolero, es el 35% del PIB, dos tercios de los ingresos fiscales y el 95% de las exportaciones del país.
Defensa y seguridad en un entorno complejo
Argelia es un país con 2 381 740 km², más de 45 millones de habitantes, 6700 km de fronteras terrestres y casi mil kilómetros de costa en el Mediterráneo. Sus fronteras limitan con Marruecos, la República Saharaui, Túnez, Libia, Mali, Mauritania y Níger. El país cuenta con un amplio espacio geográfico ocupado por el Sahara, con extensas fronteras difíciles de controlar, agregándose la existencia de vecinos, salvo la frontera con Marruecos que está cerrada hace décadas, tienen serios problemas de control, con las exigencias para el sistema de defensa argelino. Fuera de la tensión con Marruecos, el principal desafío es el terrorismo, destacándose grupos como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El estallido del conflicto libio por la torpe intervención de la OTAN, abrió las puertas para el moderno arsenal acumulado por El Gadafi quedara en manos de poderosas milicias. La crisis de Malí, puso en evidencia el poder de estos grupos, como también su base social, en países con serios problemas de legitimidad e institucionalidad débil.
En 2013, la toma de la planta de gas de Tiguentourine (sureste de Argelia), con 800 rehenes puso en evidencia el peligro de estos grupos. En 2014, grupos radicalizados juraron lealtad al Estado Islámico, generando alarma en la región, que obligó a una mayor presencia militar y de seguridad en el sur. El islam político ha venido creciendo, pero controlado en cierto modo por el gobierno, en un intento de controlar de alguna manera su expansión en la sociedad, especialmente en sectores juveniles azotados por el desempleo.
Argel tuvo históricamente una política exterior muy activa, dentro y fuera del espectro africano. Es aliado estratégico de Rusia en la región y eso se evidencia con multimillonarios contratos de defensa, donde Moscú ha vendido armamento avanzado, especialmente para potenciar capacidades de la Fuerza Aérea, Armada como de las fuerzas blindadas del Ejército. En el plano regional la intervención francesa en Mali fue un duro golpe para Argelia, dado su papel históricos de mediador de conflictos, asimismo, Marruecos realiza importantes esfuerzos para tener un papel relevante en la Unión Africana, que no ha hecho más que dividirla, especialmente por el tema saharaui, frente a la histórica postura de Argelia. En agosto de 2018, Argelia y Mauritana abrieron un puesto fronterizo que conecta la ciudad minera mauritana de Zuerat, con el vano intento de competir con el tráfico en el puesto fronterizo ilegal de El Guerguerat abierto por Marruecos. La debilidad de Mauritania ante Marruecos y la falta de determinación de Argelia, ha facilitado que Rabat se saliera con la suya, canalizando un importante tráfico comercial desde los países del Sahel hacia las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.
Las Fuerzas Armadas de Argelia están compuestas por el Ejército Nacional Popular o ANP, Marina, Fuerza Aérea y Defensa Aérea Territorial, bajo la conducción del Jefe de Estado Mayor General, del cual dependen los Inspectores Generales de cada arma, agregándose también el control sobre la Gendarmería Nacional. Se estima que las fuerzas terrestres cuentan con 270.000 efectivos, desplegados en regiones militares, tradicionalmente, las regiones fronterizas con Marruecos, el Sáhara Occidental y Mauritania, tienen las fuerzas más potentes. Se estima que el ejército cuenta con dos divisiones blindadas, tres mecanizadas, una fuerza aerotransportada y tres regimientos de fuerzas especiales.
Las fuerzas del ejército cuentan con un importante parque de blindados, siendo los más de modernos, 400 T 90 del millar de tanques con que operan las fuerzas terrestres. El principal vehículo para las fuerzas mecanizadas de infantería es el célebre BMP 1, potenciado con la llegada de nuevos vehículos rusos Terminator 2, además de los blindados a rueda BTR 60/80. La Artillería con unas 600 piezas autopropulsadas, remolcadas y sistemas de artillería de cohetes con los célebres BM 21 y Smerch de 300 mm. Estamos ante una fuerza terrestre con gran poder de fuego y movilidad, bien ponderado por los especialistas. El despliegue pone especial atención al sector Sudoeste, en la región de Tinduf, área vulnerable, por las limitaciones en materia de comunicación con el resto del país, y por ende un área sensible para cualquier hipotético ataque marroquí. No en vano los generales argelinos encontraron en la causa saharaui, un remedio de bajo costo político, para mantener alejado de las fronteras las ambiciones de Marruecos, que ha tenido sobre territorios de Argelia, especialmente Tinduf, de gran potencial minero.
La Defensa Antiaérea, separada de las fuerzas del Ejército a fines de los 80, opera como arma independiente con tres brigadas con modernos sistemas de largo alcance ruso S 400/300 y chinos, además de sistemas rusos de alcance medio y de corto alcance de tecnología puntera. Esto garantiza una adecuada defensa de objetivos estratégicos, posiblemente cuente con el complejo de defensa antiaérea más moderno de África, comparable con el que opera Egipto.
Las fuerzas navales estos últimos tiempos han tenido una importante expansión, especialmente en su rama submarina. Se estima que el personal es de unos 30.000 efectivos, destacándose la compra de submarinos tipo Kilo y dos corbetas a Rusia, fragatas Meko A 200 alemanas, fragatas chino paquistaníes, y un buque de asalto anfibio y barreminas a Italia. Asimismo la industria local produjo cuatro corbetas. Esta flota complementa a una fuerza con tres fragatas tipo Koni, tres corbetas Nanuschka, 9 patrulleros lanzamisiles Osa II, patrulleros costeras, dos buques de desembarco, buque escuela y auxiliares. La Aviación Naval es un componente modesto, que opera helicópteros de origen ruso y occidental (Ka32, AW 101, AW 139, Súper Lynx). Las fuerzas navales cuentan con un regimiento de fusileros de elite. Un breve repaso de las nuevas incorporaciones observamos un creciente interés de contar con una potente flotilla de submarinos, que tiene la capacidad de lanzar misiles de crucero, y por ende su valor estratégico, una modesta capacidad de desembarco, y mejoras en materia de medios de superficie, que permita cierto grado de protección a las líneas de comunicación marítima y defensa costera. Son medios adecuados para el teatro de operaciones Mediterráneo, pero con la incorporación de nuevos misiles de superficie de largo alcance, potencia las capacidades de la pequeña pero potente marina argelina.
La Fuerza Aérea argelina cuenta con unos 14.000 efectivos y más de 600 aeronaves, destacándose una poderosa flota de 46 Mig 29 y 57 Su 30, además de operar aviones tácticos Su 24 o el célebre interceptor Mig 25. Pero sin ninguna duda la joya de la corona será el sofisticado Su 57, recientemente adquirido. La flota de de transporte también es numerosa con aviones de transporte estratégico Il 76, 78 o táctico C 130 y C295. En cuanto a los helicópteros cabe destacar la presencia de una cuarentena de Mi 28 de ataque de origen ruso, modernos aparatos comparables con el Apache de Estados Unidos.
También opera un importante número de helicópteros de ataque Mi 35, de transporte y uso general Mi8/17 rusos, como de origen occidental, destacándose aeronaves de la familia Bell, Augusta y hasta los polacos Sokol. El entrenamiento está en manos de aviones de origen checo L 39 y rusos Yak 130. El programa de modernización de la Fuerza Aérea es reciente y ha permitido contar con una potente fuerza de defensa aérea, alineando más de un centenar de cazas de altas prestaciones, siendo las estrellas, los Mig 29 y Su 30, complementados con una potente defensa antiaérea. El ejército no cuenta con cuerpo de aviación propio, sino que las misiones de apoyo cercano, transporte, asalto aéreo y transporte táctico, recae en una poderosa flota de helicópteros, destacándose el moderno Mi 28 de ataque.
La Gendarmería Nacional es una fuerza militar de seguridad de más de cien mil efectivos, responsables de funciones de seguridad de fronteras, policía de orden público, policía rural y como fuerza antiterrorista. Cuenta con blindados y medios aéreos, caracterizando a esta fuerza por su elevada movilidad y poder de fuego. Durante la crisis libia de 2011, miles de gendarmes junto a efectivos militares marcharon hacia la frontera común para contener acciones terroristas, contrabando de armas y proveer seguridad a poblaciones fronterizas.
Argelia cuenta con una capacidad industrial de defensa, que genera empleos para unos 30.000 agentes civiles. Este complejo industrial produce armamento portátil, municiones, explosivos. Las plantas fueron montadas con apoyo de Rusia y China en su momento. Pero el gobierno ha incrementado ciertas capacidades, creando una sociedad que produce vehículos tácticos y camiones, ensamblado de aeronaves de entrenamiento de origen checo, diseño y producción de vehículos aéreos no tripulados, construcción de corbetas y la puesta a punto de una planta para producción de blindados a rueda alemanes Boxer, que se han fabricado 500. También acuerdos con Emiratos Árabes permitió la fabricación de 3000 vehículos tácticos Nimr II. El país ha provisto de armamento portátil a países africanos y del Oriente Medio.
Argelia es uno de los grandes mercados de la industria de armamento, especialmente de origen ruso, proveedor de material puntero, pero que en estos últimos años ha diversificado sus fuentes que van desde China, Estados Unidos, Polonia, Alemania, Italia y República Checa. El esfuerzo ha estado orientado a potenciar la capacidad disuasiva ante un eventual ataque a territorio propio, es por ello que vemos inversiones en materia de defensa marítima, capacidad de negación del mar, defensa antiaérea de largo alcance y una potente fuerza de defensa aérea. Generalmente los analistas caen en una visión superficial, y ven como superioridad de un país sobre otro, por el número de tanques, aviones, barcos, su procedencia, etc. La superioridad tecnológica y cuantitativa, es solo en el papel, juegan un rol muy importante la organización, la inteligencia, la doctrina, el despliegue, el grado de alistamiento y preparación para el combate. Argelia por su profundidad estratégica, la experiencia pasada en guerra asimétrica, y el despliegue de las fuerzas, no es un hueso fácil de roer.
El país tiene serios desafíos
El país tiene serios desafíos, en el plano interno, con las exigencias de recambio, la necesidad de reducir la dependencia del petróleo y el gas, que hace vulnerable al país ante las fluctuaciones de precios internacionales de dichos productos. El recambio generacional es lento, luego de los años marcados por la Era Buteflika.
Argelia es una pieza clave en la estabilidad regional, los intentos de impulsar la Unión del Magreb son más retóricos que reales, por el conflicto con Marruecos y por el derrumbe libio después de 2011. La producción de gas argelino, reduce la dependencia de la Unión Europea de Rusia, por ende la estabilidad de Argelia, es de suma importancia para Europa.
Las amenazas a la seguridad lo constituyen los grupos terroristas, que tienen sólidas bases en Libia, incapaz de controlar su territorio, luego del caos tras la caída del Gadafi; el drama que vive Malí, donde la intervención internacional, liderada por Francia, no ha logrado controlar del todo la situación. Estos grupos amenazan el sur de Argelia, vulnerable por las extensas fronteras difíciles de controlar. En estos espacios vulnerables se encuentran importantes yacimientos de petróleo, gas y otros minerales de alto valor. (El país es productor de hierro, zinc, oro, e importantes reservas de uranio). La tensa relación con Marruecos se debe a la estrategia de este país de llevar a cabo su proyecto de “Gran Marruecos” que tiene ver con un proyecto político de la monarquía para justificar su existencia, mantener y distraer a la opinión pública de las carencias internas. La pesca y fosfatos obtenidos ilegalmente en el Sahara ocupado, conforman un negocio para muchas empresas de Europa y Estados Unidos (especialmente el fosfato).
La existencia de una rivalidad regional, sin ninguna duda forma parte de la clásica regla de “divide y reinaras”, que ha sido de suma utilidad a Francia que se mantiene como un actor relevante, pero cuyo futuro es incierto ante el avance de China, y en menor medida de Rusia. El apoyo a la República Saharaui, forma parte de una estrategia de contención a Marruecos, que ha llevado que el grueso de sus fuerzas armadas, estén desplegadas lejos de objetivos argelinos. Existen importantes intereses, por las inversiones realizadas y por la seguridad energética de Europa, que impiden que las relaciones argelino marroquíes se deterioren aún más.
El conflicto saharaui es una válvula de escape, pero como hemos visto, Argelia dejó bien en claro, que la ruptura del status quo en el Sáhara Occidental, apoyando la idea de ser anexado y la República Saharaui sea barrida del mapa, es una amenaza directa a los intereses de Argelia y del frágil equilibrio existente. Esto se relaciona con la idea trasnochada del expresidente de Estados Unidos, Trump, de hacer concesiones a Marruecos, a cambio de normalizar vínculos con Israel (algo que no es tan fácil, dado que el islam político en Marruecos tendría muchos argumentos para consolidarse como fuerza opositora de primer orden, algo que es peligroso incluso para el sólido régimen del Majzén). Romper con esta situación, no cabe duda que podría derivar en escenarios de crisis de mayor magnitud, dado que esto alimentaría el expansionismo alauita y los intereses que le apoyan (Francia y Estados Unidos) algo que no es conveniente ni para Argel, ni países como Mauritania, donde su existencia estaría en riesgo, ni los intereses de actores extra regionales, como China y Rusia, que no tienen la más mínima intención que las potencias coloniales, como Estados Unidos tengan mayor influencia, en un espacio de alto valor estratégico por sus recursos para el futuro, donde Argelia sin ninguna duda tendrá un rol de importancia, y que requiere un sistema de defensa acorde a los desafíos que se presenten en el futuro, no en vano los dirigentes argelinos, llevan a cabo un enorme esfuerzo financiero y económico para mantener un poderoso aparato militar.
NOTA: Jorge Alejandro Suárez Saponaro es el director Diario El Minuto para Argentina, profesor, abogado y escritor.
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