Agencias | ESCAHARAUI
Madrid (ESC.- De las nueve comunidades que gobernaban, el Partido Socialista ahora sólo retiene tres: Asturias, que queda como gran reducto socialista, Castilla-La Mancha -un acérrimo crítico de Sánchez- y Navarra, ésta última pendiente de pactos. Un durísimo correctivo de los españoles en una cita fijada como preámbulo de las generales que serán a finales de año.
En cambio, la derecha española ganó con mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid y La Rioja, y victoria sobre el PSOE en la Comunidad Valenciana, Aragón, Cantabria, Baleares o Murcia, donde necesitarán a Vox, extrema derecha, para gobernar.
El rechazo a la política de Sánchez es claro
A nivel autonómico, la derecha también logró arrebatar al PSOE sus lugares más destacados. Valencia o Sevilla, dos de las grandes joyas de la corona para Pedro Sánchez cambiaron de signo político pero no solo fueron las grandes ciudades. En Andalucía, el PP se hizo con todas las capitales de provincia salvo Jaén, algunas de ellas como Córdoba, Málaga o Cádiz con mayoría absoluta.
La derecha logró vencer en Valencia, Castellón y Alicante así como en Huesca, Zaragoza y Teruel. Además, el PP mantuvo sin problema ciudades en las que ya gobernaba como Madrid o Santander.
El PP, además, recuperó el gobierno regional de La Rioja, Cantabria y Baleares, mientras que en uno de sus fortines, la región de Extremadura, los socialistas podrían perder la mayoría absoluta.
Obtenido más de 1,4 millones de votos en Andalucía, 185.000 más que el PSOE, partido que ganó en la comunidad andaluza en los comicios de hace cuatro años con casi 400.000 votos de diferencia. En porcentajes, el PP logra el 38,1% de los votos y el PSOE el 33,3%, según los datos del Ministerio del Interior publicados en la aplicación para móviles.
Estas elecciones certifican la desaparición del panorama político de los liberales de Ciudadanos y el ascenso de EH-Bildu en los comicios municipales del País Vasco, donde suman la alcaldía de Vitoria, desbancando al Partido Nacionalista Vasco (PNV).
A pesar de que todavía no hay resultados definitivos, la euforia se hizo evidente entre los dirigentes del PP, que creen que esto puede ser un avance de un cambio de ciclo político en España, de cara a las elecciones generales previstas para finales de año.
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