Marruecos en el 'roadshow' de Pedro Sánchez


El presidente del Gobierno dice que la monarquía marroquí no es absolutista.
“Niego la mayor”, responde al ser preguntado cómo se siente cuándo parece que tiene que ceder ante el chantaje de un monarca absolutista.

Sánchez afirma que la comunidad internacional pide encontrar vías para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental dentro de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Javier Lamas.-

Madrid (ECS).- La exhaustiva gira del presidente del Gobierno por diferentes medios de comunicación para reclamar comprensión y apoyo para las elecciones del próximo 23 de julio hizo en la noche del domingo escala en La Sexta, en el programa de Jordi Évole. Pedro Sánchez justificó su peregrinaje por emisoras, televisiones y diarios en su afán por pinchar la burbuja del antisanchismo creada a través de “mentiras, manipulación y maldad”, según sus palabras.

La entrevista se desarrolló en un ambiente confortable para el presidente. El periodista realizó algunas preguntas que permitieron a Sánchez dar una imagen de hombre sensible. Reconoció que había llorado por frustración en alguna ocasión durante la pandemia de Covid, admitió que hace tiempo recibió apoyo de algún psicólogo antes de ser presidente. Mostró su malestar por las críticas que se han lanzado contra su mujer, Begoña Gómez. El clima de buen rollo se evidenció al final cuando el entrevistador le comentó que le gustaría que Alberto Nuñez Feijóo acudiera a su programa y, en broma, le propuso a Sánchez que sugiera al presidente del PP que no visitara Lo de Évole para que Feijóo finalmente acepte la entrevista.

El presidente insistió a lo largo del diálogo en los argumentos que viene desgranando a lo largo de la precampaña electoral: “Me separa una distancia abismal de Bildu, no he gobernado con ellos, gobernar es firmar acuerdos de gobierno”. “No he tenido sobre la mesa el cese de Irene Montero porque he primado la estabilidad”.

Cuando el presentador tiró de archivo para mostrar algunas de las contradicciones en que ha incurrido Sánchez en estos últimos años y le apuntó que tiene problemas de credibilidad el presidente aseguró que modificar una posición no es mentir. Fue en este contexto cuando Évole sacó el cambio de la posición española sobre el Sáhara Occidental.

“¿Cómo se siente usted como líder democrático cuándo parece que tiene que ceder ante el chantaje de un monarca absolutista?”, preguntó el periodista.

“Niego la mayor”, replicó Sánchez, “yo defiendo el interés general de mi país. España continúa siendo el principal donante de ayuda humanitaria al pueblo saharaui. Al mismo tiempo constato una realidad y la realidad es que durante 50 años que dura el conflicto no ha habido ningún avance y la comunidad internacional está diciendo que tenemos que encontrar vías para solucionar este conflicto dentro de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y siempre con la premisa de que debe ser una solución acordada con las partes involucradas en el conflicto. Yo creo que España tiene que estar en esa actitud constructiva”.

 Évole repreguntó si no había tenido que ceder ante “el rey absolutista” (Mohamed VI) para calmar la emigración y evitar problemas como el de la valla de Melilla. Sánchez puntualizó entonces que no comparte esa caracterización de la monarquía marroquí: “No la comparto y como presidente del Gobierno es importante que esto quede claro”. “La relación que tenemos con Marruecos”, prosiguió, “es estratégica en en todos los sentidos, desde el punto de vista comercial, como entrada económica en un continente tan importante como África; desde el punto de vista de la seguridad, de lucha contra el terrorismo y control de la migración. En ese sentido he de decir que la cooperación que tenemos con el reino de Marruecos es muy positiva”.

El encuentro, que se grabó en un local histórico para los socialistas: Casa Labra, el bar madrileño donde se fundó el PSOE en 1879, concluyó con un reproche de Sánchez hacia el desequilibrio que en su opinión evidencian los medios de comunicación. Opina que mayoritariamente están inclinados hacia la derecha y cuentan con el respaldo de sectores poderosos. El entrevistador le pidió nombres y Sánchez tras recordarnos que es el presidente del Gobierno se transmutó por un instante en Hércules Poirot para soltar “sigan la pista del dinero”.

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