Por Ahmed Zain
Madrid (ECS).- El desconocido cártel marroquí, Mohamed VI, es el más rico de Marruecos y el quinto en el continente africano. Su secreto: dejar que los narcotráficos sudamericanos y europeos, y demás competidores, se masacren por controlar las rutas a Estados Unidos y Europa mientras él se dedica, lento pero sin pausa, a conquistar los mercados de la droga de Europa oriental, Asia y África.
La revista americana Forbes pública anualmente la lista de las cincuenta personalidades más ricas de África, donde valora la fortuna del rey de Marruecos en 5,7 mil millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los monarcas más ricos del mundo, el hombre más rico de Marruecos y el quinto más adinerado en el continente africano.
El capital del monarca habría aumentado en 3,6 mil millones de dólares, ya que en años anteriores Forbes valoró su fortuna en 2,1 de mil millones
Considerando que España es líder europeo en consumo de cocaína y cannabis, entonces se podría afirmar que el país europeo es un mercado de enorme valor para este cártel. Según el último informe del Departamento de Estado de EE.UU, Marruecos, uno de los principales países productores del cannabis y hachís del mundo, exporta principalmente al mercado español. Pero los traficantes marroquíes podrían expandir sus rutas internas enviando hachís al sur y luego a la costa marroquí, para el envío no comercial a Europa o a los mercados africanos.
La familia real marroquí es el dueño casi absoluto del mercado europeo, parte del asiático y parte del africano de las drogas, confirmaron investigadores a este medio. “Mohamed VI y sus hombres del Palacio son los narcotraficantes más influyentes porque son quienes venden más cocaína y hachís en Europa y Asia, y las autoridades europeas siguen con la vista gorda a pesar de los múltiples informes de espionaje y estudios de investigadores. Sus ganancias se podría decir que son cercanas al 100%”.
El único golpe que sufre el Palacio Real ocurrió en África Occidental, cuando la policía de Guinea Bissau confiscó más de 16 toneladas de Hachís, el alijo más grande jamás interceptado en África.
Por otra parte el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) recogidos en el World Drug Report 2023, afirma que los traficantes de estupefacientes pagan a los grupos terroristas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico para proteger los envíos que cruzan el Sahel y luego a África subsahariana y Egipto.
La importantísima producción de droga en Marruecos unida a las evidencias crecientes de la relación entre el mundo de los traficantes de drogas y el terrorismo, hacen necesario detenerse en el estudio de interés en gran medida prospectivo, de una relación fructífera entre delincuentes y de una progresiva convergencia entre ambos.
Marruecos produce cerca de 40 mil toneladas de cannabis al año en una superficie de cultivo de 52.000 hectáreas, cifras que mantienen al país como principal productor y abastecedor de esta planta alucinógena, según el Informe de la UNDOC.
Mohamed VI es un narcotraficante inteligente. Sus súbditos y gestores se concentraron en asociarse con narcotraficantes y narcoinsurgentes de países de Sudamérica para vender cocaína y otras drogas en Europa y África occidental, sin involucrarse en otros mercados. Eso marcó una gran diferencia en términos de las ganancias que ha obtenido.
El Majzén es dueño de un sinfín de negocios creados exclusivamente para lavar dinero y mantener el control sobre el pueblo marroquí. Sus principales inversiones se concentran en el sector inmobiliario tanto en Marruecos como fuera del Reino, de ahí sus propiedades en París, en el sur de España y en países europeos y africanos.
Este clan supera en mucho a los cárteles de Europa en ganancias netas por el trasiego internacional de narcóticos, amasando cada año cientos de millones de dólares.
El Majzén continúa siendo la agencia de Estado más poderosa en términos de capacidad militar, influencia política y control sobre los principales corredores de la droga.
Con la droga, Marruecos busca dominar los grupos terroristas de Malí
Hoy es evidente para todos que los combatientes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) - actualmente JNIM (Katiba de MACINA) y otras facciones -, se benefician del tráfico de droga a gran escala desde Marruecos, y que cada vez con más frecuencia incorporan a sus células y grupos a delincuentes de todo tipo aprovechando de paso sus redes clandestinas.
La creciente penetración del cannabis marroquí en la región del África Occidental en general y del Magreb en particular para desde ahí saltar a Europa y a África subsahariana, está además haciendo temer a fuerzas de seguridad de varios países que dicho tráfico, hasta tiempos recientes ajeno a la zona, penetre las redes que ya traficaban con otras drogas o con seres humanos (inmigrantes) así como las células terroristas.
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