Namibia deplora la pasividad de la ONU en la cuestión del Sáhara Occidental e insta a una intervención urgente.


Ali Brahim Mohamed.


ECS. Ginebra. | La Representante Permanente de la República de Namibia ante las Naciones Unidas en Ginebra, Julia Imene-Chandoru, confirmó que la ruptura del acuerdo de alto el fuego el pasado 13 de noviembre de 2020 en el Sáhara Occidental, requiere la intervención inmediata de las Naciones Unidas para nombrar un enviado de la ONU para restaurar el proceso de arreglo y alentar a las dos partes a negociar.

En su discurso durante el simposio del Grupo de Ginebra al margen de la 47a sesión del Consejo de Derechos Humanos, la diplomática namibia afirmó que "la autodeterminación es un derecho inalienable del pueblo saharaui'', criticando en el mismo contexto ''la imperfección del Consejo de Seguridad a lo largo de los años, que llevó a que no se tomaran medidas críticas para la implementación del plan de arreglo de la ONU".

También enfatizó que la descripción del Consejo de Seguridad de la ONU del plan de autonomía marroquí como un "plan serio y creíble para hacer avanzar el proceso" genera una gran preocupación, ya que elude el derecho de los saharauis a la autodeterminación para elegir su futuro de una manera democrática, justa y libre.

La embajadora Imene-Chandoru advirtió contra cualquier intento de imponer una solución que no acepte el Frente Polisario, único representante legítimo del pueblo saharaui, o de debilitar su derecho a la autodeterminación, pidiendo a Naciones Unidas que trabaje en la dirección de garantizar la celebración de un referéndum en el Sáhara Occidental, como estipulan los dictámenes.

Con respecto a la explotación ilegal marroquí de los recursos del pueblo saharaui, la Embajadora de Namibia cree que las Naciones Unidas deben tomar medidas específicas para proteger los recursos naturales de la región, teniendo en cuenta que el interés económico perpetúa la ocupación ilegal, como fue el caso en la descolonización de Namibia, donde el Consejo de Seguridad emitió una serie de resoluciones en la década de 1970 allanando el camino para que las Naciones Unidas formaran un Consejo de Namibia que supervise las actividades económicas y otorgue licencias a empresas internacionales.

A este respecto, la diplomática destacó que la adopción de una medida similar en el Sáhara Occidental no solo contribuiría a la protección de los recursos naturales del Sáhara Occidental y aceleraría la búsqueda de una solución política a la cuestión, sino que también ayudaría a los tribunales nacionales y regionales frente a cuestiones relacionadas con el expolio ilegal de recursos naturales del Sáhara Occidental.

Julia también criticó la ambigüedad de las posturas de algunos países respecto al Sáhara Occidental y la lucha de su pueblo por la libertad e independencia, así como a la persecución a la que está sometido. Del mismo modo deploró la complicidad de los países africanos que establecieron consulados ilegales en los territorios ocupados con el propósito de legitimar la ocupación militar marroquí, destacando que estos pasos se consideran una clara violación de la integridad territorial de la República Saharaui, que es miembro de pleno derecho de la Unión Africana y forma parte de la Carta Africana de los Derechos Humanos y Pueblos, un tratado que otorga a todos los pueblos el derecho inalienable a la libre determinación.

Para concluir, Julia Imane-Chandoru, reafirmó el compromiso inequívoco e inquebrantable del Gobierno de Namibia con la causa del pueblo saharaui y su lucha por lograr el derecho a la libre determinación e independencia nacional.

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