El Secretario General de la ONU, António Guterres, inauguró en Nueva York la 76ª Asamblea General del organismo, declarando que esta se da en un momento de grandes desafíos y divisiones. A diferencia del año pasado, se espera que la mayoría de los líderes mundiales asistan a las sesiones de forma presencial, en lugar de intervenir a distancia. La pandemia y el cambio climático serán los temas claves del encuentro.
Por Lehbib Abdelhay/ECS
Nueva York (ECS).- La 76ª sesión de la Asamblea General de la ONU (AGNU) está a punto de iniciar su semana de alto nivel, en la que los Estados miembros deberán deliberar sobre dos retos paralelos: acabar con la pandemia y redefinir la economía mundial pospandémica para que sea más saludable para el planeta. La ONU considera que el momento actual es un punto de inflexión potencial. "Las decisiones que tomemos asegurarán la salud humana, económica y medioambiental para las generaciones venideras, o reforzarán los viejos patrones que están destruyendo la naturaleza y provocando la división de la sociedad", señala el resumen oficial de la agenda de la semana. "Una recuperación inclusiva, sostenible y resiliente del covid-19 es fundamental para encaminar al mundo hacia una transición justa hacia una trayectoria de 1,5 °C".
Antonio Guterres, que está a punto de embarcarse en un segundo mandato de cinco años, lo expresó de forma más contundente el martes: "La guerra contra nuestro planeta debe terminar".
Pero primero hay que acabar con la pandemia, y la cuestión del acceso a las vacunas ocupará un lugar destacado en la agenda de la AGNU. Los expertos en salud han advertido repetidamente que el mundo no saldrá del covid-19 sin una inmunización generalizada, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha criticado duramente que los países más ricos acaparen las vacunas y distribuyan vacunas de refuerzo mientras los países pobres sufren de escasez.
Geopolítica en el auditorio y la cuestión del Sáhara Occidental.
El Debate en la sala de AGNU siempre es la pieza central de la semana, en la que los presidentes y jefe de Estados toman turnos para presumir de sus países y opinar sobre los problemas mundiales, que este año probablemente incluyan Covid-19, la caótica retirada de Afganistán, las tensiones con Irán y Corea del Norte, la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, y la cuestión del Sáhara Occidental, donde muchos jefes de Estado y de gobierno predirán una solución pacífica para el conflicto.
El presidente de Irán Ebrahim Raisi no viajará a Nueva York, pero su declaración grabada merecerá ser escuchada con atención en medio del estancamiento de las conversaciones nucleares. También se esperan duras palabras de China y Francia tras el sorprendente acuerdo de la semana pasada entre Estados Unidos y el Reino Unido para dotar a Australia de submarinos de propulsión nuclear para patrullar el Pacífico, lo que ha provocado el rechazo de Beijing y ha socavado un acuerdo previo con París. Como muestra de la profundidad de su enojo, Francia retiró el viernes a sus embajadores de Estados Unidos y Australia.
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