El ELPS y las FAR, conviene diferenciar entre poder militar efectivo y capacidad demostrada.

Ahmed Zain.

ECS. Mahbes. | Desde que se reanudara la guerra del Sáhara Occidental el 13 de Noviembre de 2020 tras la violación del alto el fuego cometida por la fuerza ocupante; el Reino de Marruecos, las fuerzas de la República Saharaui mantienen desde entonces de forma ininterrumpida ataques intensos contra posiciones de las fuerzas de ocupación marroquíes a pesar de la intervención de la aviación marroquí. 

Si bien es cierto que Marruecos, fuerza ocupante del Sáhara Occidental, posee un importante arsenal militar, conviene diferenciar entre poder militar efectivo y capacidad demostrada. Esta simple diferencia muestra de forma fidedignas las lacras del ejército de ocupación marroquí y su verdadera situación sobre el terreno. Tras casi año y medio de guerra, se han registrado más de 1.600 ataques saharauis dirigidos a posiciones en el interior del muro militar marroquí, así lo denunció el régimen marroquí a la ONU. Dado el tiempo transcurrido, por lógica lineal, estos ataques se han traducido (y lo seguirán haciendo) en considerables pérdidas materiales y económicas que inevitablemente lastrarán a la enclenque economía marroquí, que navega a rumbo incierto tras ser barrida por la COVID-19. Sin embargo la guerra de costes no afecta en absoluto a las capacidades de los combatientes saharauis, que fueron capaces de resistir y doblegar al ejército de Hassán II en la primera guerra de liberación a través de tácticas de guerra no convencional, a pesar de que Marruecos contaba con fuertes apoyos como EE.UU, Francia y Arabia Saudí, lo que es también una muestra de su falta de preparación y experiencia de combate en el teatro de operaciones del Sáhara Occidental, extremo confirmado por el propio Departamento de Estado de los EE.UU en una nota filtrada que señalaba su falta de formación y moral para el combate. 


Desde hace meses la escalada bélica continúa en fase incremental, el Ejército de Liberación Saharaui ha prometido por activa y pasiva que no detendrá la guerra hasta la completa liberación del Sáhara Occidental, por lo que vale la pena recordar que fue Marruecos quien solicitó el alto el fuego en 1991 al Frente POLISARIO a pesar de haber sido quien inició la agresión y posterior invasión. El Ejército de Liberación Saharaui cuenta con un extenso historial operativo, está adiestrado especialmente para operaciones de guerra de guerrilla a gran escala en el desierto, operaciones convencionales, lucha antiterrorista y un rico conocimiento estratégico del desierto del Sáhara además de que está adaptada a combatir contra elementos muy superiores a los propios. Su potencial solo está limitado por los medios materiales, pues aplicando la inteligencia táctica a sus escasos medios pudo imponer la disuasión y cambiar las reglas del juego en condiciones de inferioridad abismales.

La misma CIA reveló que los guerrilleros saharauis estuvieron a punto de derrotar a las fuerzas de ocupación marroquíes si no fuese por el apoyo financiero, logístico y militar de las monarquías árabes. Una de  ventajas es que cuenta con un eficiente sistema de movilización, pudiendo llegar a alistar rápidamente entre 20.000 y 30.000 efectivos. Del mismo modo, el Ejército saharaui sigue manteniendo la iniciativa ofensiva, el lugar y el momento de sus ataques, y las fuerzas de ocupación marroquíes parapetadas en sus zanjas del muro militar de manera estática, sin poder salir al exterior y a la espera del impacto de los misiles saharauis o alguna penetración, lo que será cuestión de tiempo según nos ha enseñado la experiencia histórica.

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