Denuncian las condiciones inhumanas de reclusión del preso político saharaui Mohamed Lefkir


La familia de Lefkir afirma que padece un trato inhumano, amenazas y represalias.

Condenado a 25 años de cárcel, el estado de salud del preso político, que cumple una pena de 25 años de cárcel, experimenta un constante deterioro debido a la falta de atención médica adecuada.

Contramutis.-

Madrid (ECS).- El preso político saharaui Mohamed Lefkir padece un trato inhumano, con amenazas y represalias, y su estado de salud sufre un constante deterioro, según denuncia su familia.

La agencia saharaui Equipe Media, que trabaja en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, informa de que Mohamed Lefkir ha levantado la voz para denunciar las condiciones inhumanas a las que está siendo sometido, así como los actos de hostigamiento y discriminación que padece.

Lefkir, perteneciente al grupo de presos de Gdeim Izik, fue detenido en diciembre de 2010 tras el desmantelamiento, un mes antes, por las fuerzas de seguridad marroquíes del Campamento de la Dignidad que los saharauis levantaron a quince kilómetros de El Aaiún para reclamar sus derechos sociales, económicos y culturales. Fue condenado a 25 años de cárcel y se encuentra en la prisión marroquí de Tan Tan.

El juicio a los integrantes del grupo de Gdeim Iizik concluyó con ocho condenas a cadena perpetua, tres de 30 años de cárcel, cinco de 25 y 3 de veinte. Un grupo de 69 observadores y observadoras internacionales consideró que el juicio, al que se aportaron confesiones obtenidas bajo torturas, fue nulo de pleno de derecho, con una instrucción defectuosa, incompleta, sesgada, ilegal y con pruebas de cargo desconectadas totalmente de los acusados. Afirmaron que hubo ausencia de garantías de un debido proceso legal y una correcta administración de justicia y que se trató de un juicio político a presos de conciencia.

Según Equipe Media, la familia de Lefkir habla de trato inhumano por parte de las autoridades penitenciarias, así como de represalias y amenazas, y se encuentra preocupada por su estado de salud, que “ha experimentado un constante deterioro debido a la falta de atención médica adecuada”.

La familia afirma que las autoridades penitenciarias se han negado a trasladar a Lafkir a un hospital fuera de la cárcel para recibir tratamiento médico, a pesar de sufrir un tumor en el cuello, problemas en la rodilla derecha y  dolores abdominales persistentes.

Además, denuncian la discriminación racial y la violación de los derechos básicos de su familiar: el recluso es objeto de un trato diferencial y humillante por parte de los carceleros, incluyendo la privación de tiempo de recreo diario y la imposición de una vigilancia estricta durante las visitas.

El 25 de diciembre de 2017, según publicó PUSL, Lefkir fue sometido a tortura física y psicológica por los guardias de la cárcel de Ait Melloul, donde se encontraba entonces. Debía realizar un examen universitario y los guardias que lo escoltaron hasta una sala de la prisión le dijeron que se debía quedar desnudo para poder hacer la prueba. Al negarse, fue brutalmente golpeado en la cabeza hasta perder el conocimiento. Los guardias le quitaron la ropa y le dijeron que era Polisario y que nunca le iban a aprobar un examen.

La Liga para la Protección de los Presos Saharauis en las cárceles marroquíes ha expresado su preocupación por la situación del preso saharaui y ha instado a las autoridades marroquíes a tomar medidas inmediatas para garantizar su bienestar y el respeto a sus derechos fundamentales. Cerca de medio centenar de presos políticos saharauis cumplen condena en cárceles marroquíes, en muchos casos a más de mil kilómetros de sus familias, en el Sáhara Occidental.

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