ECSAHARAUI
Madrid (ESC).- Los continuos ataques letales israelíes sobre la Franja de Gaza y la represión de palestinos en Al Quds, Cisjordania y los asentamientos ilegales ponen en una delicada situación a los nuevos aliados árabes de Israel, que tienen que decidir entre seguir normalizando sus relaciones bilaterales o condenar esta violencia.
Hace ahora justo tres años que Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos firmaron, bajo los auspicios de Donald Trump, acuerdos para restablecer relaciones con Israel y ahora se ven obligados a adoptar un discurso frente a los acontecimientos en Gaza.
Los intentos de expulsión de los palestinos de la Franja de Gaza, para instalar en su lugar a colonos judíos, la violenta de la Aviación israelí en el enclave palestino, y los bombardeos del ejército israelí en la Franja que han provocado la muerte de 1.500 palestinos, 447 de ellos niños, sustentan sus críticas.
El lunes pasado, el ministerio emiratí de Relaciones Exteriores expresó su "solidaridad con Netanyahu frente a esta espiral de violencia de Hamás". En un lenguaje más directo, Baréin condenó "los ataques de los palestinos a Israel". Estas reacciones han provocado la ira del mundo árabe.
Mientras Marruecos, el cuarto país de los acuerdos de Abraham condenó la muerte de los civiles, sean palestinos o israelíes. Rabat iguala los palestinos (oprimidos) con Israel (opresor). Las declaraciones del ministerio de exteriores marroquí suscitaron ira en el mundo árabe.
Para Marruecos, establecer relaciones con Israel es una cuestión estratégica ya que está vinculada al reconocimiento estadounidense de su soberanía sobre el Sáhara occidental, un territorio ocupado inscrito en la lista de la ONU como una región no autónoma pendiente de descolonización.
Los acuerdos de Abraham (que sellaron la normalización con Israel) nunca tuvieron por fin abordar la cuestión de la ocupación militar israelí y la desposesión de las tierras de los palestinos.
En Marruecos, en las manifestaciones de apoyo a los palestinos de estos días se pidió al régimen de Mohamed VI que rompa sus relaciones con Israel.
La violencia actual en Palestina es otra prueba más para los países que normalizaron sus lazos con Tel Aviv. Pero según los analistas, parece poco probable que estos Estados, en su mayoría dictaduras, renuncien a esta normalización.
Probablemente, la violencia actual en Oriente Medio ralentizará el proceso de normalización de países como Arabia Saudí o Comoras. Tras los acuerdos de Abraham, las miradas se giraron hacia Arabia Saudita, peso pesado regional, pero el reino se negó a iniciar una normalización de las relaciones con Israel sin una resolución previa de la cuestión palestina.
Esta semana, el principe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Ben Salman, en un comunicado oficial, condenó firmemente "las acciones de Israel en Palestina" y expresó su apoyo a los "derechos legítimos" del pueblo palestino de formar su Estado soberano e independiente.
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