El Guerguerat, EFE, 07/03/2017 - El Confidencial Saharaui.
Análisis de la agencia Efe.
El Frente Polisario está instalado con un puesto de control militar en Guerguerat, la frontera sur del Sáhara Occidental con Mauritania, y no piensa retirarse, pese a que Marruecos ya lo haya hecho, atendiendo a un llamamiento del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Según ha podido comprobar Efe en Guerguerat, una decena de soldados del Polisario han montado un puesto de control en el que vigilan el paso de vehículos hacia Mauritania y han desplegado sus banderas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El "checkpoint" consiste en dos garitas levantadas con piedras del desierto, una tienda de campaña, tres camiones de remolque abierto de tipo "pick-up" y seis banderas de la RASD. En total, se trata de una decena de soldados, aunque ellos aseguran ser veinte.
Aunque llevan uniforme militar, no van armados (o las armas no son visibles), no piden documentación a los conductores ni tampoco registran el contenido de sus vehículos: simplemente se cercioran de que los camiones no exhiban banderas de Marruecos o mapas del país que incluyan el territorio saharaui.
A solo 200 metros, sobre un promontorio barrido por un viento incesante, tres vehículos de la misión de la ONU (Minurso) se limitan a observar el tránsito y de vez en cuando conversan con los soldados del Polisario.
Aunque se niegan a hacer declaraciones, uno de ellos, en condición de anonimato, confiesa que "lo único" que hace el Polisario es vigilar que no entran camiones con mapas ni banderas que consideran hostiles y añade que la situación es ahora "tranquila".
Hace solo diez días, la tensión en la zona alcanzó un punto peligroso cuando los soldados del Polisario obligaron a regresar sobre sus pasos a varios camiones por llevar impreso en su contenedor el mapa de Marruecos con el Sáhara incluido.
En aquellos días, los soldados del Polisario y los de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes se encontraban a solo 120 metros de distancia.
Mohamed VI llamó al propio secretario general de la ONU para advertirle de la "grave situación" y quejarse de las "provocaciones" del Polisario, y solo un día después Guterres hizo un llamamiento a las dos partes para "ejercer el máximo de contención" y evitar los pasos que puedan conducir a una escalada.
Casi de inmediato, Marruecos anunció que retiraba a sus soldados de la zona de Guerguerat; sin embargo, el Polisario no lo ha hecho ni muestra intención de hacerlo.
"Solo estamos protegiendo nuestra tierra, y este es un territorio liberado. No estamos importunando a nadie: quien quiera, puede pasar, pero que no venga provocando con mapas ni banderas", dice a Efe Salima Mohamed Lagdaf, improvisado portavoz de un destacamento en el que -dice- no hay jerarquías.
Efectivamente, ante el paso de un camión que lleva una bandera marroquí en la luna delantera, los soldados le piden retirarla o cubrirla para poder pasar, según comprobó Efe. Sin aparente violencia ni amenazas.
"No nos vamos a marchar. Aquí estaremos día y noche. Y cuando termine nuestro turno, otros nos relevarán. Nos quedaremos hasta el final", dice Lagdaf.
Países como España y Francia, además de Guterres y la Unión Europea, han pedido con mayor o menor énfasis al Polisario algún gesto para aplacar la tensión en Guerguerat, pero los independentistas se niegan a retirarse.
Sin embargo, su presencia en Guerguerat es simbólica y de muy bajo perfil: no solo porque no van armados, sino porque evitan ejercer cualquier tipo de control que pueda ralentizar el tráfico rodado y porque han instalado su puesto de control justo donde termina el asfalto de la carretera.
Y es que el asfaltado de la carretera por parte de Marruecos ha sido el origen de la discordia actual: el pasado mes de agosto, maquinaria pesada marroquí penetró en la parte que la ONU asigna al Frente Polisario y comenzó a allanar y asfaltar la carretera, pero el Polisario envió a hombres armados que obligaron a parar las obras.
Hoy esa carretera está asfaltada en sus dos terceras partes: queda algo así como un kilómetro y medio de pista muy irregular hasta el puesto aduanero mauritano, llena de baches y desniveles, por la que los camiones transitan a paso de tortuga tras pasar el "control" del Polisario.
Análisis de la agencia Efe.
Foto de la agencia Efe/tomada por Javier
Reacción EFE.
El Frente Polisario está instalado con un puesto de control militar en Guerguerat, la frontera sur del Sáhara Occidental con Mauritania, y no piensa retirarse, pese a que Marruecos ya lo haya hecho, atendiendo a un llamamiento del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Según ha podido comprobar Efe en Guerguerat, una decena de soldados del Polisario han montado un puesto de control en el que vigilan el paso de vehículos hacia Mauritania y han desplegado sus banderas de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El "checkpoint" consiste en dos garitas levantadas con piedras del desierto, una tienda de campaña, tres camiones de remolque abierto de tipo "pick-up" y seis banderas de la RASD. En total, se trata de una decena de soldados, aunque ellos aseguran ser veinte.
Aunque llevan uniforme militar, no van armados (o las armas no son visibles), no piden documentación a los conductores ni tampoco registran el contenido de sus vehículos: simplemente se cercioran de que los camiones no exhiban banderas de Marruecos o mapas del país que incluyan el territorio saharaui.
A solo 200 metros, sobre un promontorio barrido por un viento incesante, tres vehículos de la misión de la ONU (Minurso) se limitan a observar el tránsito y de vez en cuando conversan con los soldados del Polisario.
Aunque se niegan a hacer declaraciones, uno de ellos, en condición de anonimato, confiesa que "lo único" que hace el Polisario es vigilar que no entran camiones con mapas ni banderas que consideran hostiles y añade que la situación es ahora "tranquila".
Hace solo diez días, la tensión en la zona alcanzó un punto peligroso cuando los soldados del Polisario obligaron a regresar sobre sus pasos a varios camiones por llevar impreso en su contenedor el mapa de Marruecos con el Sáhara incluido.
En aquellos días, los soldados del Polisario y los de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes se encontraban a solo 120 metros de distancia.
Mohamed VI llamó al propio secretario general de la ONU para advertirle de la "grave situación" y quejarse de las "provocaciones" del Polisario, y solo un día después Guterres hizo un llamamiento a las dos partes para "ejercer el máximo de contención" y evitar los pasos que puedan conducir a una escalada.
Casi de inmediato, Marruecos anunció que retiraba a sus soldados de la zona de Guerguerat; sin embargo, el Polisario no lo ha hecho ni muestra intención de hacerlo.
"Solo estamos protegiendo nuestra tierra, y este es un territorio liberado. No estamos importunando a nadie: quien quiera, puede pasar, pero que no venga provocando con mapas ni banderas", dice a Efe Salima Mohamed Lagdaf, improvisado portavoz de un destacamento en el que -dice- no hay jerarquías.
Efectivamente, ante el paso de un camión que lleva una bandera marroquí en la luna delantera, los soldados le piden retirarla o cubrirla para poder pasar, según comprobó Efe. Sin aparente violencia ni amenazas.
"No nos vamos a marchar. Aquí estaremos día y noche. Y cuando termine nuestro turno, otros nos relevarán. Nos quedaremos hasta el final", dice Lagdaf.
Países como España y Francia, además de Guterres y la Unión Europea, han pedido con mayor o menor énfasis al Polisario algún gesto para aplacar la tensión en Guerguerat, pero los independentistas se niegan a retirarse.
Sin embargo, su presencia en Guerguerat es simbólica y de muy bajo perfil: no solo porque no van armados, sino porque evitan ejercer cualquier tipo de control que pueda ralentizar el tráfico rodado y porque han instalado su puesto de control justo donde termina el asfalto de la carretera.
Y es que el asfaltado de la carretera por parte de Marruecos ha sido el origen de la discordia actual: el pasado mes de agosto, maquinaria pesada marroquí penetró en la parte que la ONU asigna al Frente Polisario y comenzó a allanar y asfaltar la carretera, pero el Polisario envió a hombres armados que obligaron a parar las obras.
Hoy esa carretera está asfaltada en sus dos terceras partes: queda algo así como un kilómetro y medio de pista muy irregular hasta el puesto aduanero mauritano, llena de baches y desniveles, por la que los camiones transitan a paso de tortuga tras pasar el "control" del Polisario.
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