Sáhara Occidental ocupado | Amnistía Internacional denuncia violentos ataques contra mujeres saharauis.

Las violentas agresiones fueron realizadas por policías y agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes.

Las autoridades marroquíes han apostado a miembros de las fuerzas de seguridad frente a las casas de las mujeres, que no se atreven a salir.

AI pide que se investiguen las agresiones y se ponga fin al acoso a las mujeres saharauis.

Contramutis.-

Madrid (ECS).- Amnistía Internacional (AI) pide que se investiguen con urgencia las violentas agresiones de policías y agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes contra cinco mujeres saharauis, ocurridos el 15 y 16 de abril en la ciudad de Bojador, en el Sáhara Occidental ocupado, y pide que se ponga fin al acoso y violencia contra las activistas.

Zeinab Babi, Embarka Al Hafidhi, Fatima al Hafidhi, Oum Al Moumin Al Kharashi y Nasrathum (Hajatna) Babi fueron atacados tras participar en manifestaciones pacíficas a favor del derecho del pueblo saharaui a la libre determinación y tras haber expresado públicamente su apoyo a Sultana Jaya, la defensora saharaui de Derechos Humanos que lleva año y medio confinada con su familia en su casa.

Según la investigación realizada por Amnistía Internacional, “agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes vestidos de civil y policías marroquíes golpearon a las mujeres con palos, puñetazos y patadas. Una mujer perdió el conocimiento y su mano requirió cirugía reconstructiva. Dos de estas mujeres dijeron que habían sido agredidas sexualmente”.

IMPUNIDAD PARA LOS AGRESORES

Amna Guellai, Directora Adjunta para Oriente Medio y África del Norte de AI ha declarado que “cinco semanas después de estos impactantes ataques, las autoridades aún no han tomado medidas para abrir una investigación. Estas mujeres ejercieron pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y reunión, pero fueron sometidas a brutales agresiones, que las dejaron con cortes, hematomas y, en al menos un caso, huesos rotos”.

 “Hasta ahora, los responsables han gozado de total impunidad. En lugar de tratar de hacer justicia a estas mujeres, las autoridades marroquíes han apostado a miembros de las fuerzas de seguridad frente a sus casas, lo que las asusta y las disuade de salir”, ha manifestado.

Amnistía insta a las autoridades marroquíes a que “pongan fin al acoso y la violencia contra los activistas saharauis, y a que lleven a cabo de inmediato investigaciones imparciales sobre todos los actos de tortura y otras formas de malos tratos atribuidos a agentes de la policía y las fuerzas de seguridad marroquíes”.

Sultana Jaya y su familia están bajo arresto domiciliario desde noviembre de 2020 y desde entonces, han sido objeto de graves violaciones de derechos humanos por parte de las autoridades marroquíes, incluida la violación de Sultana Jaya.

AI relata que las cinco activistas estaban en una calle de Bojador, dirigiéndose la mayoría de ellas a la casa de Sultana Jaya para unirse a las protestas pacíficas que hacen en la azotea de la vivienda, “cuando grupos de las fuerzas de seguridad marroquíes las atacaron por separado”.

“Uno de los casos más graves se produjo el 16 de abril, cuando la policía marroquí detuvo a Zeinab Babi, sin explicar por qué, cuando se dirigía al supermercado en taxi. Dos policías la golpearon y patearon en el coche camino a la comisaría y una vez allí cuatro agentes interrogaron a Zeinab sobre su activismo, mientras la insultaban y la golpeaban intermitentemente, incluso dándole puñetazos”.

“Zeinab fue liberada después de tres horas, pero su terrible experiencia no había terminado. Cuando regresaba de la comisaría, otros policías y fuerzas de seguridad la agredieron. En el primer ataque, que tuvo lugar cerca de la comisaría, un grupo de policías y fuerzas de seguridad la golpearon con porras. Zeinab estaba a punto de llegar a su casa cuando un grupo de fuerzas de seguridad la rodeó, le propinó puñetazos y patadas y la golpeó con palos hasta que perdió el conocimiento”.

“La familia de Zeinab la llevó al hospital, donde recibió tratamiento por sus heridas. Tuvo que someterse a una cirugía reconstructiva en su mano izquierda, que estaba fracturada en varias partes”.

El mismo día, cinco agentes vestidos de civil interceptaron a Embarka Al Hafidhi cuando caminaba con su hijo hacia la casa de Sultana Jaya para unirse a una manifestación pacífica. Los agentes golpearon a Embarka y algunos le rasgaron la ropa y le dispararon en la ingle.

SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN, REUNIÓN PACÍFICA Y ASOCIACIÓN

Amnistía pide a las autoridades marroquíes que cumplan sus obligaciones en virtud del derecho internacional, de los derechos humanos de respetar los derechos a la libertad de expresión, asociación, reunión pacífica y el derecho a no ser sometido a torturas ni otras formas de malos tratos.

Sobre Sultana Jaya, presidenta de la Liga para la Defensa de los Derechos Humanos y contra el Saqueo de los Recursos Naturales, Amnistía dice que es conocida «por hacer campaña alto y claro, pacíficamente, para lograr que se respete el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación» y que «las autoridades marroquíes han mantenido arbitrariamente a Sultana y su familia bajo arresto domiciliario desde noviembre de 2020; durante este período, las autoridades sometieron a estas personas a actos de tortura y otras formas de malos tratos, incluidas agresiones sexuales y violaciones».

“Las autoridades marroquíes –afirma AI- han impuesto durante mucho tiempo restricciones arbitrarias a los derechos de los saharauis a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación, particularmente cuando el ejercicio de estos derechos se relaciona con el estatus del Sáhara Occidental. Las fuerzas de seguridad marroquíes han hecho uso innecesario y excesivo de la fuerza para dispersar manifestaciones pacíficas, y los activistas saharauis han sido objeto de hostigamiento, intimidación y acciones legales”.

“Las autoridades marroquíes siguen restringiendo el acceso a Marruecos y al Sáhara Occidental a periodistas, activistas pacíficos y defensores de los derechos humanos, y siguen impidiendo que las Naciones Unidas supervisen e informen de forma imparcial e independiente en el Sáhara Occidental”, concluye.

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